Hace cuatro años tomamos la decisión de comenzar un nuevo tiempo para la gobernanza turística. Suscribimos el Código Ético Mundial del Turismo. Probablemente, el compendio de principios y directrices más avanzado que la humanidad ha formulado en uno de los ámbitos económicos y sociales más relevantes desde la segunda mitad del siglo XX: el turismo. No en vano, en diez años se estima que 1.800 millones de personas viajarán en el mundo solo por motivaciones turísticas. Además, lo adaptamos a nuestra realidad socioeconómica de la Comunitat Valenciana y redactamos y aprobamos una ley profundamente inspirada por ese Código.

La Ley de Turismo, Ocio y Hospitalidad es, fundamentalmente, una transcripción de los principios de Naciones Unidas para el turismo, en nuestro territorio y dominio competencial.

Hicimos de la hospitalidad mediterránea una estrategia de transformación del modelo. Obviamente, necesitamos tiempo. Tiempo, recorrido, pedagogía y alianzas.

La Organización Mundial del Turismo nos ha reconocido en diferentes ocasiones nuestro papel de vanguardia y de referencia internacional por estas acciones.

En este ciclo democrático que comienza hemos querido volver a enviar un nuevo mensaje de compromiso y liderazgo. Un liderazgo moderno que, excuso decirles, solo puede ser coral en un ámbito como el nuestro. Hemos presentado la primera guía para la adaptación de los ODS a los destinos turísticos de nuestra Comunitat. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) postulados para Naciones Unidas cuyo horizonte de cumplimiento es el 2030. Se trata de la apuesta global más ambiciosa y urgente que debe ilustrar todas las políticas económicas y en todos los ámbitos de la acción humana. Su implementación corresponde, sencillamente, a todos. Gobiernos y sociedades civiles de todas las naciones.

De momento, hemos sido quienes hemos roto el hielo cerrando un documento con una intencionalidad claramente práctica. Poco que ver con declaraciones retóricas que acaban girando en bucle hacia la nada. Se trata de 100 recomendaciones para que, desde los destinos turísticos, puedan alinearse estrategias y medidas concretas que contribuyan a transformar el modelo. Cuatro grandes bloques de acción desde la gestión del destino: sector turístico, territorio, personas y gobernanza.

Cualquier decisión sobre el crecimiento de nuestra economía o nuestra interacción con el entorno humano, social, paisajístico y natural, no vale. No nos vale cualquier cosa. Solo aquello por lo que no nos tengan que maldecir nuestros hijos. No hay planeta b.

El turismo ha sido una de las innovaciones sociales más importantes del siglo XX. En el siglo XXI puede convertirse en una palanca de transformación al servicio de la humanidad, la preservación de los recursos naturales y culturales, la tolerancia entre diferentes y la lucha contra el despoblamiento. Podemos y debemos gestionar tanto la escasez como la saturación. El desenlace dependerá de nuestras convicciones y de las verdaderas ganas de no seguir engañándonos.

*Secretario autonómico de Turismo