En noviembre del 2015, PSPV y Compromís, los dos partidos que pactaron repartirse los despachos del Ayuntamiento de Almassora, decidieron aplicar como medida estrella de su rescate social una subida del 15% de las basuras a todos los vecinos. Lo hicieron amparándose en un canon de Reciplasa que el PP había absorbido durante su mandato para evitar que el vecino tuviera que pagar sobrecostes.

A ellos, que se declaran defensores de lo social, no les tembló el pulso a la hora de aplicar un tasazo que pagaremos en el 2018 por tercer año consecutivo. Tres años de subida para garantizar un ingreso extra con el que poder pagar caprichos. En lugar de fiscalizar el gasto y coordinar la acción de ambos partidos, unos se dan la espalda a otros y a pagar, Almassora. La fractura interna de ambas formaciones políticas, la gestión de dos ayuntamientos que gobiernan en paralelo, es la que estamos financiando desde que el 13 de junio del 2015 decidieron su reparto de despachos.

Desde el PP nos preguntamos cómo habiendo fondos para absorber los más de 500.000 euros de déficit de la piscina climatizada, no hay dinero para asumir 180.000 euros de canon de Reciplasa. En el caso de la piscina, que utilizan alrededor de 2.000 personas, algunas de fuera de Almassora, no se incrementan las tasas. Y nos parece bien. Sin embargo, no entendemos cómo en el caso de las basuras, que pagan todos los vecinos, se imponga un incremento del 15% de la tasa. Esta doble vara de medir, este doble mensaje, es el que provoca que muchos vecinos de nuestra localidad se sientan estafados. El Partido Popular entregó un ayuntamiento con una deuda reducida al 20% y una liquidez que superaba los 3,5 millones de euros. Fondos desahogados para aplicar políticas que supuestamente pretendían llevar a efecto una revolución social.

Sin embargo, nos topamos con una política de presión fiscal que todavía hoy seguimos pagando para soportar el gasto de estas dos estructuras de gobierno. Pagadas con fondos municipales, su desgobierno y descoordinación provoca que medidas propuestas por el PP en el 2016, como la rebaja del impuesto a los vehículos ecológicos, se apliquen en el 2018. Mientras, eso sí tiran de los ahorros de los vecinos para pagar dos carpas que permitan el lucimiento de cada uno de los partidos.

Y si a nivel local cada uno actúa por su cuenta, a nivel autonómico Almassora ha pasado a desaparecer del mapa. Marzà nos visitó en agosto del 2015 y desde entonces ya no ha vuelto a interesarse por las necesidades del municipio. Y mientras a Compromís ni está ni se le espera, el PSPV, ni siquiera ha aparecido. La consellera de Vivienda, la socialista Mª José Salvador, que tanto ha visitado municipios vecinos como Burriana, no ha tenido a bien acercarse a Almassora a conocer de primera mano nuestras necesidades. El edificio 167 o la pantalla verde en El Serrallo son el paradigma de esta dejación de funciones.

Reivindicamos inversión en los vecinos, en las familias de Almassora. Las que el PP dotó de fondos con una rebaja del 24,4% del IBI y un 10% del impuesto de vehículos. Y desarrollo para nuestro pueblo. Porque Almassora existe, aunque PSPV y Compromís la condenen día a día.

*Portavoz del PP en Almassora