Querido/a lector/a, últimamente España parece el reino de los demócratas. Todo indica que donde se suele manifestar el quejido popular, me refiero a las barras de los bares, las mesas de almuerzo, paellas de amigos, etc, están apareciendo ciudadanos preocupados por la democracia. No miento. Si están atentos se darán cuenta de que, algunos ciudadanos pontifican en torno a ciertos temas como la memoria histórica, la inmigración, Cataluña y el independentismo, la situación de Venezuela y, en todo caso, levantan la voz para hacer oír su preocupación por los valores democráticos.

Estando así la cosa, es adecuado indicar que si se habla de memoria histórica porque alguien tiene un abuelo en una cuneta sin entierro digno, te dirán que esa ley hay que suprimirla porque sirve para herir y dividir a la patria. Cuando el tema es Venezuela acusan a Pedro Sánchez o a Podemos de ser colaboradores de dictadores como Chávez y Maduro que atentan contra los derechos humanos. Pero si toca lo de Cataluña y los independientes exigen que respeten la Constitución y le piden a Pedro Sánchez que acaba con soluciones dialogadas y saque al ejército a la calle. En última instancia lo de la inmigración es un clásico, en boca de estos demócratas, la víctima, que es el inmigrante, aparece como delincuente que va contra el Estado de bienestar social.

Querido/a lector/a, la verdad es que ni demócratas, ni preocupados por el pueblo venezolano, ni por la Constitución, ni por los derechos humanos, ni por elecciones, etc. Más bien al contrario, algunos, que habitaban en el extremo del PP, añoran el franquismo y, su objetivo, es apartar a la izquierda del poder y asumirlo para recortar derechos y libertades de la Constitución democrática. Lo triste es que junto a estos hay otros, gente de bien, que las inhumanas políticas neoliberales, los han arrojado a la desesperación y la insolidaridad.

*Analista político