Pedro Sánchez quería poner un relator a mediar entre el Gobierno y los independentistas, dando a ambos el mismo rango y buscando una figura que se utiliza en los conflictos entre estados oficiales. Esta sería su penúltima cesión al independentismo, a cambio de un puñado de votos que le permitan mantenerse en el poder y seguir volando en el Falcon, a cargo de todos los contribuyentes, unos meses más. Es algo que no nos permite mirar para otro lado, por eso hoy decenas de miles de personas se manifiestan en Madrid reclamando las elecciones inmediatas que prometió Sánchez al ganar la moción de censura, pero que como tantas otras cosas, ha incumplido. No merecemos un presidente que quiera más al avión presidencial que a su país.

MUNICIPALMENTE, esta legislatura pasará a la historia como la peor legislatura que ha vivido Castellón en su democracia. La peor por el clima de crispación que hay, por la nula actividad, cuando no dejadez, del gobierno del bipartito de socialistas y nacionalistas, porque debe ser una de las legislaturas en la que más ediles han abandonado sus actas. Esta semana hemos vivido un capítulo más en los últimos coletazos de cuatro años para el olvido.

Marco, siguiendo la estela de su jefe, ha decidido crear un relato que tape su responsabilidad, in vigilando, de formar un gobierno que hace aguas, del que se han ido casi la mitad de sus miembros, dos de ellos investigados, antes imputados, y sin haber cumplido su programa.

Por muchas cortinas de humo que se empeñe en poner con noticias de hace años no conseguirá engañar a los castellonenses, ni que olvidemos estos nefastos cuatro años: las promesas incumplidas, las imputaciones o los relatores que nos quiera poner Sánchez desde su Falcon.

Lo mejor que nos puede pasar como sociedad es que pronto lleguen las elecciones municipales… y también las nacionales.

*Secretario general del PPCS