Con inusitado interés leí el artículo dedicado a la memoria de D. José Sánchez Adell elaborado por Salvador Bellés.Dado que en el artículo no queda reflejada su primera vivencia de su profesorado, que discurría allá por los años 50 en la Vall, en un instituto de nueva creación, he creído conveniente que se añada al currículo del profesor Sánchez Adell su paso por nuestra ciudad.

Aquí en la Vall un Don José muy joven, soltero todavía, tomaba la responsabilidad como director del Instituto Laboral. Era el curso 1952-53. En el primer grupito de alumnos que comenzamos el curso en enero, cuando quedaron acabadas unas parciales dependencias, estaba quien suscribe y, por ello, testigo del buen trabajo que desarrolló en bien del nivel cultural de la ciudad.

Llegaba con su moto Guzzi rojita los lunes y regresaba a Castelló los fines de semana. Algún momento la probamos alguno de mis compañeros y yo mismo. Al margen de los trabajos docentes correspondientes, el objetivo del director era ayudar a elevar el nivel formativo de los jóvenes de la Vall y en el primer curso de su estancia ya organizó unos cursillos nocturnos de cultura general que tuvieron una gran aceptación, con una participación diríamos altísima.

Durante su estancia aquí, los ciclos de conferencias de cualquier materia fueron frecuentes y variados. Recuerdo una conferencia-concierto con el padre García Julve, profesor en el Conservatorio de València, sucesor de nuestro mosén Peñarroja y al piano un joven, como nosotros, Carles Santos, que al menos a mí me deleitó con un programa de música clásica donde resaltaron los Estudios e Improptus de Chopin.

Tomó como cosa propia la edición por primera de vez de la Historia de Vall de Uxó de D. Honorio García, que hizo mecanografiar desde el manuscrito, para ser impresa con el patrocinio del Ayuntamiento. Años más tarde, Vicente Zaragoza, como alcalde, hizo una segunda edición. Tomó también la responsabilidad de solicitar una emisora de radio, que, patrocinada por el consistorio, se monta en el centro, donde, igualmente, sigue culturizando a la población, pues hay espacios semanales de diversos componentes de su claustro, como suyas propias, tocando un amplio temario. En aquellos años no había fuera de la capital emisora alguna en los pueblos castellonenses. Fue una experiencia irrepetible. Y junto a Don José tuve la suerte de vivir.

Por ello, al leer el precioso artículo que publicó hace unos días Salvadorín Bellés (al que conocí en la pista del estadio Segarra, donde los principales ciclistas de España realizaban preciosas tardes de ciclismo) he creído conveniente que quede reflejado este importante pase por la cultura de la Vall de este ilustre castellonense, como es el caso del profesor Sánchez Adell.