Querido/a lector/a, relleno este espacio con humildad, como no podía ser de otra forma, pero con la intención de decir aquí, en público, lo que expresa el título: «Seamos serios». Y es que sigue en las universales y anónimas redes una clase de crítica (no toda) contra Pedro Sánchez y el Gobierno, que solo busca el desprestigio o la degradación de quien está al frente de las decisiones y, a la vez, rompe el espíritu de colaboración que reclama la emergencia y el sufrimiento nacional.

Pero si todo esto es triste, lo más preocupante es que esta descarnada y organizada crítica (según dicen los que saben de todo esto de las redes) es socialmente improductiva al solo especular por el beneficio oportunista de algún pequeño grupo. Pero no advierte o se publicita que esta crisis, la del coronavirus, como la financiera y otras anteriores que hemos aguantado (unos más que otros), nos han llegado sin que las personas en los cargos públicos o las instituciones de la democracia de nuestro tiempo (Unión Europea, gobiernos nacionales, organizaciones de referencia...) se percataran con anterioridad.

Incluso, se puede decir que, desgraciadamente la crisis del coronavirus también advierte y denuncia que van a venir otras, la climática, por ejemplo, que a pesar de conocer sus dramáticas consecuencias, aún existe quien vuelve a aprovechar la situación para aprovechar el presente y sacar beneficios momentáneos y de minorías.

De ahí lo de socialmente improductiva, porque es una crítica que no mira al mañana ni reclama la construcción del futuro o, también, porque como hace años decía Daniel Innerarity, no la aprovechan para proponer, construir y consolidar mecanismos que nos anticipen tendencias y aporten soluciones. Y es que gobernar bien no es fácil, pero es imposible si la política no explora el futuro. Así es que, repito: «seamos serios».

*Analista político