Esta semana estamos asistiendo al (fallido) debate de investidura del señor Pedro Sánchez. Hay muchas razones por las que el candidato socialista no puede ni debe ser el próximo presidente del Gobierno, pero podemos resumirlas en dos: no es el candidato preferido por los españoles y hace gala de un absoluto desconocimiento de la realidad de nuestro país.

En su diagnóstico obvia la principal preocupación de los ciudadanos, que es el empleo, y sin empleo no se sostiene la sociedad del bienestar. Además, acusa una preocupante falta de criterio en temas capitales como la unidad de España, la educación, las políticas sociales o la financiación autonómica. En definitiva, carece de un proyecto serio para España, se olvida de que la Constitución reconoce a los españoles como ciudadanos libres e iguales, y su idea se podría sintetizar en un socialismo de ricos y pobres que no cree en la igualdad de los españoles y en la solidaridad entre regiones.

Pero hoy quiero centrarme en otro ejemplo de la contradicción en la que vive Pedro Sánchez, el Partido Socialista y el propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Las diputaciones. Sánchez ha convertido las diputaciones en moneda de cambio para tratar de ser presidente del Gobierno, aunque no se ha atrevido a verbalizar lo firmado por miedo a la lideresa socialista Susana Díaz. En la Comunitat, los socialistas callan y utilizan esta institución en Valencia como terreno para sus ajustes de cuentas internos. Al tiempo, Puig, presionado por Compromís y Podemos, trata de vaciar de contenido las corporaciones provinciales escocido por la gestión, reconocida por alcaldes de todo signo, que el PP está realizando en las diputaciones de Castellón y Alicante. Incluso el 97% de los alcaldes de la provincia de Valencia valoran como importante o muy importante la labor de la Diputación que los socialistas quieren liquidar.

Desde el PPCV queremos reivindicar y defender el papel de las diputaciones en la prestación de servicios y en la mejora de la calidad de vida de los vecinos. Sin ellas, difícilmente los ciudadanos tendrían acceso a los mismos servicios independientemente de su lugar de residencia.

Por ello, mientras el PSOE prefiere crear ciudadanos de primera y de segunda, nosotros decimos sí a las diputaciones. Instituciones saneadas, que asisten jurídica, económica y técnicamente a los municipios con menos recursos, que vertebran el territorio, que realizan una función social básica, que contribuyen al mantenimiento de nuestro patrimonio. Y decimos no a este ataque frontal de los socialistas a los municipios de la Comunitat y de España. H

*Presidenta del PPCV