El doctor Sánchez ya ha convocado elecciones! Si el fin de semana pasado en la plaza de Colón se le exigía al presidente socialista que las convocara, ya tenemos fecha para ellas. Pero no piensen que las ha convocado porque las ha pedido la oposición; o porque sus «socios» separatistas no le han aprobado los presupuestos; ni mucho menos que lo ha hecho pensando en el bien de España; ni tan siquiera pensando en el bien del PSOE. ¡Qué va! Un ególatra de este calibre solo toma decisiones pensando en él mismo, en su propia supervivencia personal y política.

Según los sondeos, Sánchez podría pasar del peor resultado de la historia del PSOE --84 escaños--, a otro misérrimo en una horquilla entre 105 y 119 escaños, gracias al hundimiento podemita producido tras el fallido asalto a los cielos, que ha quedado reducido al asalto a la valla del casoplón de Galapagar.

El doctor Sánchez confía en que la suma «a la andaluza» no dé resultado. En poder seguir gobernando con los mismos socios de la moción de censura negativa, que le auparon a okupar la Moncloa y que desde el minuto uno no le han permitido legislar, sólo subirse a todas las atracciones que son patrimonio del Estado: desde el Falcón y el helicóptero, a Doñana y Lanzarote.

Carecer de principios tiene una ventaja estratégica sobre todos tus rivales, ya sean de tu partido o del resto: la verdad nunca es una molestia ni un impedimento. Cuando gobiernas bajo la máxima de Groucho Marx de que «si no te gustan mis principios, tengo otros», no hay obstáculo que se te resista. Puedes pretender gobernar con Ciudadanos en el 2016, a pasar a hacerlo con Podemos en el 2018. Puedes decir a comienzos del 2019 que Torra es el «Le Pen español» y en junio convertir en socio fundamental de una moción de censura al mismo que ocho meses antes ha protagonizado un golpe de Estado contra el orden constitucional español. Puedes decir que nunca gobernarás con los presupuestos de la derecha --a los que votastes que no-- y ahora atribuirte los logros conseguidos gracias a esos mismos presupuestos, como la subida del empleo o la de los sueldos de los funcionarios, pactada por la ministra Báñez del Partido Popular. Puedes acoger a los inmigrantes del Aquarius, con bombo y platillo incluidos, y luego dejar a la deriva al Loreto, porque es un tema europeo.

Ahora, este camaleón de la política quiere aparecer como el adalid del diálogo y el centrismo frente a la crispación de las derechas y los separatistas. Esos mismos separatistas con los que el doctor Calamidad negoció sabiendo que condicionaban el diálogo a que Moncloa aceptara negociar sobre el derecho de autodeterminación. Solo la tensión provocada dentro y fuera del PSOE por la figura del relator, acabó abortando las cesiones que desde Moncloa se estaba dispuesto a conceder.

Si pretende que los españoles le avalen con su voto su matrimonio de conveniencia con los separatistas ¡va a ser que no!

*Vicepresidente de la Diputación Provincial de Castellón