No todas las etapas que atravesamos a lo largo de nuestra vida son fáciles. Algunos tramos, debido a lo ocurrido en ellos, son especialmente duros y complicados. Sin ninguna duda, el estado de confinamiento marcará nuestras vidas. Tanto es así que, en una reciente encuesta, se ha concluido que el 75% de gente se ha sentido aislada, el 70% ha padecido ansiedad y más del 60% está agotada emocionalmente.

Sin embargo, estos momentos difíciles dejan enseñanzas útiles, sobre todo si se alcanza cierto estado de reflexión. Lo vivido ha permitido reconocer e identificar elementos que no se hubiesen descubierto en una etapa de bonanza, pues los malos momentos ofrecen una oportunidad única de aprendizaje. Entre lo aprendido destaca el cambio de prioridades en las relaciones personales. Sea a nivel de pareja, familia o amistad, la realidad es que el contacto se ha intensificado en algunos casos y desaparecido en otros, por lo que se ha realizado una selección que ha depurado las relaciones.

Otra lección aprendida es la importancia que a partir de ahora se le va a dar a intentar acudir siempre a fuentes de información veraces, para poder separar el trigo de la cizaña, la verdad del bulo y la falsedad.

Por otro lado, actividades que se realizaban en el colegio, y a las que se daba poca importancia (una maría), han sido claves en la reclusión. Así, el deporte, la creatividad, la cultura y la cocina han sido por ese orden las cuatro actividades en las que más se han refugiado las personas para superar el confinamiento, convirtiéndose en formas recreativas de pasar el trance de una manera óptima. Seguro que, pasado un tiempo, se verá que para muchos ha sido el punto de inicio de nuevas experiencias y de una vida más acorde a los verdaderos valores.

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)