Mientras yo sea alcalde, se harán toros y no se convocará ningún referendo al respecto”. Con estas contundentes palabras respondió ayer el alcalde de Vila-real, José Benlloch, respondía a la que será nueva edila de Participación Ciudadana en la ciudad, Gemma Gil, de Compromís, sus socios en el gobierno local, que llega en sustitución de Mª Dolores Parra.

Valiente y contundente decisión la del primer edil vila-realense, que entiende que los toros forman parte de la cultura y las fiestas de la ciudad, y que su celebración no está reñida con el conservacionismo y la protección de los animales. En los tiempos actuales, cuando todo funciona a golpe de titulares y número de tweets en las redes sociales, un destacado socialista en la provincia de Castellón deja claro que los toros son intocables.

Y es que los astados son algo más que animales bravos sueltos por las calles de una ciudad. Son un reclamo para miles de visitantes, son un generador de puestos de trabajo y un motor de la economía en todas sus vertientes. Sí a que se apliquen todos los mecanismos, y más, de protección de las bestias, pero el deseo de unos pocos no puede imponerse sobre los de una mayoría. Aquí también debe funcionar la democracia. H