Prepárense porque Sánchez y Puig nos van a freír a impuestos. Los dos están empeñados, tanto a nivel nacional como autonómico, en castigar nuestros bolsillos subiendo aún más los impuestos en el peor momento posible. Ambos se encogen de hombros como si fuera algo inevitable dadas las circunstancias, cuando es la peor decisión para nuestra economía que se puede tomar en estos momentos. Un sablazo fiscal al ciudadano medio supone retrasar, cuando no imposibilitar, una posible recuperación. En Italia, en Alemania, en cualquier país con un gobierno sensato han optado por la rebaja de impuestos para acelerar la actividad, quitar cargas para favorecer el consumo. Aquí se hace todo lo contrario. En su mentalidad sectaria de izquierda cerrada solo contemplan recaudar más para engordar la grasa política de su administración. No les entra en la cabeza la posibilidad de la mejora en la eficiencia, abrocharse el cinturón y moderar el gasto público superfluo. Así, prevén aumentar el IVA, el IRPF, la cuota de autónomos, los impuestos indirectos… apretar más la soga en el cuello del contribuyente en lugar de aflojarla, para terminar asfixiándonos.

Lo que la situación reclama es bajar impuestos mediante incentivos a la inversión y aprobar moratorias fiscales de verdad. Desde el PP hemos propuesto, tanto en la Comunitat Valenciana como en España, un plan de choque para hacer frente a la crisis económica que incluye prolongar los ERTE hasta final de año (e incluso hasta final del primer trimestre del próximo año si es necesario), articular mecanismos de liquidez para autónomos y empresas y bajada de impuestos con exenciones fiscales, bonificaciones y aplazamientos de impuestos. Una medida muy concreta: IVA superreducido para las actividades turísticas. No hemos obtenido ninguna respuesta.

Donde el PP gobierna se bajan los impuestos. En Andalucía, en Madrid. Sin ir tan lejos, en Onda. Su magnífica alcaldesa, Carmina Ballester, baja la contribución urbana para los vecinos un 15% y bonifica en un 50% el impuesto de obras para las nuevas industrias. Pero para eso hay que tener ideas y saber gestionar. Ximo Puig ya ha demostrado que carece de ambas. Es incapaz de quitar grasa a la administración reduciendo, por ejemplo, el número de altos cargos como le hemos pedido en reiteradas ocasiones. Lejos de bajar, los enchufados siguen creciendo pese a la actual situación.

PUIG ES incapaz de asumir sacrificios en una administración agotada, con un gobierno roto, enfrentado y sin iniciativa. Debe hacer frente a los pagos para evitar el colapso de la economía valenciana, debe concretar un plan de acción inmediata con medidas concretas, realistas, presupuestadas y asumibles. Que su única medida cierta, más allá de la propaganda y la palabrería, sea subir los impuestos demuestra que es un gobierno agotado y sin iniciativa.

Insisto: Puig va a hacer que los trabajadores paguen los excesos de su Consell y sufran en primera persona los daños colaterales de la crisis que se nos viene encima, haciéndoles más pobres y vulnerables. Nos van a freír a impuestos. Avisados estamos.

*Presidenta PPCV