Esta semana escribo este artículo con la magnífica y esperanzadora noticia de haber podido por fin dar solución a un proyecto municipal que lleva enquistado casi diez años. Benicàssim se enorgullece este fin de semana de sus villas modernistas y, en concreto, es para la ciudad un privilegio tener en propiedad el palacete de Villa Elisa.

Sin embargo, la que es por antonomasia la imagen del Paseo Pilar Coloma, nos apena a todos que se haya deteriorado hasta el extremo por la falta de perspectiva política y por un abandono de quienes se comprometieron a restaurarla.

Todos fallaron a Benicàssim en su día. La Generalitat falló por no asumir la deuda a la que se había comprometido para su restauración, y el entonces gobierno tripartito falló por paralizar la obra a falta solo de un 20% del proyecto, condenando al olvido a Villa Elisa.

Porque de haber continuado la obra, la deuda la seguiríamos teniendo, pero al menos la Villa estaría puesta en valor y en uso. Mientras que ahora, costara tanto pagar la deuda como volver a rehabilitar este emblemático edificio.

Ayer arrancamos al conseller el compromiso de pago de la deuda a partir de este año. Su restauración queda en el aire autonómico, pero desde aquí les aseguro que si Valencia no la quiere restaurar, el ayuntamiento conseguirá hacerlo. H

*Alcalde de Benicàssim