A las 11.26 horas de ayer, la marea alcanzó los 1,54 metros en Venecia y el centro municipal de control informó de que se había tratado del máximo nivel de una nueva acqua alta. Desde aproximadamente las 11.00, el agua del mar había comenzado a entrar en la plaza de San Marcos y se había expandido por toda la ciudad hasta ocupar el 70% de la superficie urbana.

Después de que las sirenas sonaran en cuatro ocasiones, la señal que los venecianos conocen como la alerta máxima, ya antes de las ocho de la mañana, cada vecino dispuso sus bombas de agua para ir sacándola de bares, hoteles, tiendas, supermercados, iglesias y toda suerte de locales, a medida que la marea subía. «Estamos hundiéndonos poco a poco», decían con serenidad.

Todos ellos arremetían contra los 15 años de retraso en la construcción y no funcionamiento todavía del denominado Mose, un sistema de diques situados en las bocas por las que el agua entra desde el Adriático que no funcionará hasta el 2021.