Los efectos económicos de la pandemia del coronavirus apuntan a retrocesos del producto interior bruto (PIB) español en el 2020 «sin precedentes» en la historia reciente española, según pone de manifiesto el Banco de España en su boletín económico publicado ayer bajo el título, Escenarios macroeconómicos de referencia para la economía española tras el covid-19. El supervisor financiero realiza un doble ejercicio de previsión basado en tres escenarios diferentes, en los que utiliza dos metodologías, la primera basada exclusivamente en la evolución de la oferta y la segunda incluye los efectos de las medidas políticas aplicadas para paliar la crisis.

El resultado es una caída muy significativa del PIB en el 2020 con ambos análisis. En el primero, la evolución de la oferta arroja una caída del PIB que iría del 6,6% en el escenario más favorable, en el que el confinamiento se extiende durante ocho semanas, a uno menos favorable, en el que se alarga a 12 semanas y cuyo efectos sobre el crecimiento sería del 13,6% en el 2020. En medio se fija un tercer escenario de ocho semanas, en el que se registraría un descenso del 8,7%.

La evolución de la economía española como consecuencia de la pandemia no tiene referentes cercanos en el tiempo. La repercusión es mayor que la de la crisis financiera del 2008. Destaca el informe que el impacto de la reducción de la actividad productiva se ha notado en una caída de afiliados a la Seguridad Social de casi 900.000 personas (un 4,6% del total) en marzo.

Y asimismo, un número muy elevado de trabajadores se habría visto afectado por expedientes de regulación temporal de empleo. La alteración de la actividad y la pérdida de puestos de trabajo han dado lugar a una pronunciada contracción de la demanda interna.

Las previsiones del Banco de España contemplan una evolución de la tasa de paro desde el 13,7% del 2019 a una franja que va del 18,3% --en el supuesto más benigno-- al 21,7%, en el peor de los escenarios. Se contempla también un incremento de la deuda pública desde el 96% del PIB del 2019, a un 122%, en el caso más adverso este año. Y un déficit público que podría alcanzar el 11% del PIB en el peor de los escenarios.

No obstante, el Banco de España considera que el efecto negativo tendrá un horizonte temporal corto. «Si bien su magnitud es muy sensible a los supuestos de partida, sobre su verosimilitud existe mucha incertidumbre. Una vez superada la fase más aguda de crisis a corto plazo, la actividad comenzaría a recuperarse en la segunda mitad de este año a un ritmo que, en todo caso, «dependerá de la percepción del riesgo sanitario en los próximos meses y de la capacidad de reactivación de la parte del tejido productivo más dañada por el actual parón de la actividad», señala.

SEGUNDA METODOLOGÍA / La segunda metodología empleada parte del llamado Modelo Trimestral del Banco de España (MTBE), utilizado habitualmente para la realización de sus proyecciones macroeconómicas. Permite afrontar una visión más detallada al recoger el impacto esperado de las actuaciones de política económica puestas en marcha para contrarrestar los efectos de las medidas de contención de la epidemia. Según esa segunda visión, los escenarios serían ligeramente diferentes, pero negativos.

En el primer supuesto, en el que se conseguiría evitar una pérdida duradera del empleo, por las medidas aplicadas, la caída del PIB resultaría del 6,8% en el 2020, pero incluye una recuperación del 5,5% en el 2021. En el segundo escenario, en el que un buen número de empresas no lograrían evitar que los problemas de liquidez se transformarán en problemas de solvencia, la caída del PIB sería del 9,5% y la recuperación, del 6,1%. En el tercer supuesto, en el que una cierta proporción de empresas (mayor que en el escenario 2) no logran evitar que las dificultades de liquidez se transformen en problemas de solvencia, la caída llegaría hasta el 12,4% del PIB, aunque la recuperación posterior se situaría en el 8,5%.

RECUPERACIÓN SIGNIFICATIVA / De cara al 2021, cabe esperar que la economía española recupere una parte significativa, pero no completa, del flujo de actividad y empleo que se esperaba antes de la pandemia. Se destaca que la profundidad de la crisis económica dependerá de factores como la duración del confinamiento, las características de la transición hacia la normalidad y el éxito de las políticas económicas en limitar la persistencia de los efectos sobre la actividad y el empleo. El informe subraya «la naturaleza provisional de estos cálculos», que tendrán que ser revisados en los próximos meses.