Lina Álvarez, la doctora lucense que se quedó embarazada con 62 años, acaba de ser madre por tercera vez, después de dar a luz ayer en el Hospital Universitario Lucus Augusti de Lugo a una niña que llevará el mismo nombre que ella y su abuela.

La mujer aún se recupera de la cesárea programada a la que fue sometida el lunes y ha sido la persona que la acompaña la que ha confirmado telefónicamente que “todo ha salido muy bien”, que madre e hija se encuentran perfectamente y que “Lina atenderá a la prensa” cuando se reponga de la cirugía a la que fue sometida. La propia médica contó a Efe hace unas semanas que el parto iba a producirse por cesárea programada precisamente para “evitar riesgos” asociados a la edad, aunque ella se encontraba bien físicamente, “mucho mejor que cuando no estaba embarazada” y con la ilusión de quien iba ser madre por tercera vez veinte años después de haber pasado por la menopausia.

Álvarez se sometió a un tratamiento de fertilidad para lograr este embarazo, diez años después de dar a luz a su segundo hijo, gestado también por fecundación asistida, cuando ella tenía 52. La recién nacida es la tercera de sus hijos, ya que el mayor, con parálisis cerebral, tiene 27 años.

Hace un mes, la propia doctora confesaba sentirse «muy feliz» porque vive ahora su «recompensa a tanto sufrimiento. Es un milagro», advirtió esta madre coraje que lleva media vida de lucha para pedir justicia porque hace 27 años el cerebro de su primer hijo fue dañado, asegura, en una prueba de amniocentesis que le realizó un ginecólogo. Desde entonces, Lina se ha dedicado al cuidado de su hijo, que se quedó sin habla y semiparalizado, y también a luchar por él en los juzgados y en la calle. H