En Irlanda del Norte es donde se encuentra el Gosford Castle, la fortaleza que sirvió de escenario para recrear el castillo Aguasdulces de Juego de Tronos. En la serie, la fortaleza ancestral de la Casa Tully pasa a manos de los Frey tras la derrota del Pez Negro - Brynden Tully- durante el asedio sufrido por las tropas Lannister y Frey tras la Boda Roja.

Sin embargo, fuera de la ficción la fortaleza no pertenece a los Frey, ni a los Lannister, ni a los Tully, sino que fue propiedad de los condes de Gosford hasta poco después de la I Guerra Mundial. Este castillo fue construido entre 1819 y 1859 por el arquitecto londinense Thomas Hopper, siguiendo el estilo renacentista normando. La propiedad perteneció a la familia Acheson, los condes de Gosford, hasta 1921, cuando falleció el cuarto conde Gosford dejando tras de sí una importante ristra de deudas.

Años después, el lugar sirvió como campo de prisioneros durante la II Guerra Mundial; y posteriormente fue adquirido por el Ministerio de Agricultura, que lo convirtió en el Gosford Forest Park, nombrado en 1986 el primer bosque de conservación de Irlanda del Norte.

En busca de la rentabilidad

El castillo, que en su momento se convirtió en la casa más grande de todo el país con un total de 197 habitaciones, pasó por una serie de remodelaciones y procesos de adaptación que tenían como fin transformarlo en hotel. Finalmente el proyecto del hotel no llegó a completarse y el castillo, deshabitado y en desuso, a punto estuvo de convertirse en una mole de ruinas irrecuperable.

En el año 2006 llegó la “salvación” para el inmueble, cuando entró en juego la Gosford Castle Development, que adquirió la fortaleza por el simbólico precio de una libra y se propuso invertir 4 millones más para transformar parte del castillo en 23 residencias privadas de lujo.

Ahora, más de diez años después de aquello, la inmobiliaria Maison Real Estate oferta una sección del castillo por 500.000 libras (560.000 euros). La idea es modificar dicha sección y convertirla en seis apartamentos también de lujo, con una superficie de 325 metros cuadrados cada uno e incluyendo jardines y azoteas.