El Gobierno socialista quiere evitar la congestión que vivieron los puertos y los centros de recepción y acogida andaluces el pasado año al recibir a las más de 64.000 personas que, según el Ministerio de Interior, intentaron alcanzar Europa en patera en el 2018. Para atajar ese aumento de la inmigración irregular, España negocia con Marruecos diversas vías para mejorar la capacidad de maniobra del país norteafricano y que este aumente el número de rescates que realiza, de manera que, atendiendo a la ley internacional, los náufragos auxiliados deberían ser conducidos al puerto más cercano del país que efectúa los trabajos de salvamento.

Hasta ahora, el grueso de los rescates en aguas del estrecho de Gibraltar era asumido por Salvamento Marítimo, por lo que todos los inmigrantes eran conducidos al puerto español más cercano. La situación se producía aunque el rescate fuera en aguas conjuntas con Marruecos o incluso en zonas de responsabilidad de la guardia costera marroquí, dado que el auxilio era realizado por un buque de nuestro país.

Según los datos de Salvamento Marítimo, Marruecos apenas lleva a cabo un 17% de las labores, por lo que el objetivo, aseguran, es que se equilibren esos esfuerzos de rescate de personas en un momento en el que según la agencia europea de gestión de fronteras externas, Frontex, la llegada de inmigrantes por la ruta del Estrecho creció un 157% el pasado año. Unas cifras que podrían aumentar este año, ya que el cómputo de Interior cifra en 4.889 los inmigrantes llegados a España hasta el 14 de febrero, frente a los 1.793 contabilizados en el mismo periodo del 2018.