Internet es la primera fuente de información sobre sexualidad para los jóvenes de 16 a 25 años, seguido de los amigos y del profesorado, como revela un estudio publicado este año por el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva de la Sociedad Española de Contracepción (SEC). Y esto puede suponer un problema. «Ver pornografía no te convierte en adicto. Pero los jóvenes deben tener detrás una buena educación sexual para saber que el porno no solo no lo explica todo, sino que es ficción», sostiene la sexóloga de Sexducacion, Lupe García.

Luchar contra la pornografía es imposible porque «siempre va a estar ahí». «Por eso debemos acompañar a los menores para que tengan una visión crítica sobre el porno. Para que entiendan que es una cosa para excitarse puntualmente, pero no siempre», prosigue García. Esta sexóloga, que trabaja en colegios, institutos y escuelas de educación especial, hace hincapié en que no es lo mismo comenzar a ver porno con 9 años que con 16, por ejemplo. «Cuanta más edad tenga el consumidor, más capacidad crítica tendrá y menos le influirá», añade García, quien ve con buenos ojos impartir educación sexual a los niños, y valora en ese sentido el anuncio de la Generalitat catalana de incluir la educación sexual obligatoria en las aulas a partir de los 3 años. Aun así, matiza la importancia de que haya «mucha gente formada» para impartir esta asignatura, que serviría de antídoto contra el consumo temprano de pornografía.

«El porno presenta una sexualidad violenta contra las mujeres. Es mecanicista y falocéntrico -todo gira en torno al coito y al pene-, que son contravalores de lo que debe ser buena sexualidad -sensualidad, erotismo, sensible», señala la psicopedagoga experta en acoso escolar Mirta Lojo.

reivindicación // Como García, ve con buenos ojos la educación sexual a partir de los tres años («es una reividicación de hace mucho tiempo»), pero pide «transversalidad». «Más que el que haya una asignatura, debe haber una formación previa del profesorado. Esto requiere un proceso de transformación de las personas del ámbito educativo», subraya.

Según el estudio del Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva del SEC, el 68,5% de los jóvenes de 16 a 25 años entrevistados consideran que la formación sobre sexualidad recibida es insuficiente. Además, la mayoría de ellos (el 34,5%) creen que los profesionales de los centros de orientación deberían ser las principales personas que asesoren en sexualidad a los jóvenes.

Una buena educación sexual, asegura Mirta Lojo, puede servir para equilibrar esos valores negativos que, la mayoría de las veces, instila la pornografía. Además, señala, el porno habitualmente infunde valores machistas, pues en él con frecuencia solo cuenta el «deseo de los hombres». «La educación afectivo-sexual, si está bien hecha, puede ser un contrapeso del porno», insiste la psicopedagoga, quien además opta por trabajar este tema incluso durante el primer ciclo de educación infantil (de los cuatro meses a los tres años de edad).