La batalla contra los deberes escolares, un debate que en España ha ido tomando fuerza en los últimos cursos (a medida, también, que se ha ido ampliando el número de escuelas con nuevas metodologías pedagógicas), va a vivir el próximo noviembre un primer asalto. La confederación española de asociaciones de padres de alumnos (Ceapa), mayoritaria en la escuela pública, lanzó ayer un llamamiento a los progenitores y a los maestros para que hagan boicot a las tareas escolares. La campaña contra los deberes empezará, anuncian los padres, con la petición de que los niños no tengan que hacer tareas escolares en casa al menos durante los fines de semana de noviembre.

Este es, subraya José Luis Pazos, presidente de la Ceapa, solo un primer paso para la desaparición “de las tareas escolares, que en muchos países están reguladas por ley, cuando no suprimidas. Aquí, la complicidad de los profesores va a ser determinante, admite el responsable de la Ceapa. Si al final no fuera así, si los maestros siguen mandando deberes los fines de semana de noviembre, las familias se negarán a que sus hijos los hagan. Y los lunes, agrega Pazos, los padres entregarán en el colegio un documento explicando los motivos por los que los hijos no los han hecho.

El boicot planteado por la Ceapa se fundamenta en los resultados de un estudio elaborado por la propia entidad, con respuestas de 1.748 padres y 472 menores participantes en el informe durante el primer semestre de este año. Un 20,24% de los progenitores indican que los alumnos dedican más de dos horas diarias a los deberes, lo que suponen más de 10 horas a la semana, es decir bastante más que las seis horas y media calculadas por la OCDE para los estudiantes españoles.

El 39,44% denuncian que los deberes entran en conflicto a menudo con las necesidades de los niños, mientras que cuatro de cada 10 alumnos piensan que las tareas impuestas por el colegio no respetan su tiempo de jugar y descansar. El 65,67% aseguran que no hacer los deberes les perjudica, porque les supone una mala calificación en la escuela. La campaña se llama En la escuela falta una asignatura: mi tiempo libre.

La iniciativa de la Ceapa llega también después de que algunos parlamentos autonómicos, como el de la Comunidad de Madrid, el de Cantabria, el de Murcia y el de Canarias, hayan planteando iniciativas para exigir la racionalización de las tareas escolares. En otros casos, son las propias escuelas las que están reduciendo la presión sobre los estudiantes. H