Si durante la jornada del viernes tres fuegos originados en Segura de la Sierra (Jaén), Verín (Ourense) y Borrenes (Léon), respectivamente, calcinaron más de 2.000 hectáreas a nivel estatal, ayer un nuevo incendio forestal amenazó los montes españoles. En esta ocasión, las llamas afectaron al municipio de Artès (Barcelona), las cuales seguían a última hora de la tarde aún activas y habían quemado cerca de 300 hectáreas de vegetación boscosa y terreno agrícola cultivado.

El incendio obligó a desalojar a un centenar de personas «por precaución y prevención», de diez masías, dos casas de colonias y el pueblo cercano de Sant Joan d’Oló. El humo del fuego también provocó que se interrumpiera durante unas horas el tránsito en dos carreteras colindantes.

Los bomberos de la Generalitat de Cataluña informaron de que anoche preocupaba especialmente el «flanco derecho» y de que los esfuerzos se concentraban en atacar la cabeza del incendio para que este no avanzase. La zona es de difícil acceso, lo que dificulta los trabajos de extinción. Así y todo, el director general del cuerpo, Juli Gendrau, se mostró optimista porque estaban «bajando las temperaturas y las condiciones meteorológicas van a favor para evitar su propagación».

El Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente envió dos hidroaviones a la zona, así como un avión de coordinación para apoyar los trabajos de extinción.