Mientras Europa se halla en estado de alerta, en el Reino Unido la vida sigue igual, o casi. Los británicos no saben a qué atenerse con la estrategia de Boris Johnson frente al coronavirus, radicalmente diferente al del resto de los países europeos.

Johnson considera prematuro imponer restricciones tajantes, desoyendo las críticas de la comunidad científica y bajo la sospecha de estar anteponiendo el interés económico a la salud de la población. No fue hasta ayer que el Ejecutivo anunció la prohibición de las actividades masivas a partir de la semana próxima. Horas antes, el asesor científico del Gobierno, Patrick Wallace, había insistido en que la cancelación de esos actos tendría escasa influencia.

El director de la revista médica The Lancet, Richard Horton, acusa al Gobierno de, «estar jugando a la ruleta rusa con los británicos». La Organización Mundial de la Salud ha criticado la estrategia británica y recuerda que hay que hacer pruebas, ver quien está infectado, investigar a quién ha podido contagiar alguien que de positivo, imponer cuarentena y mantener la distancia en actos sociales. Nada de eso se ha hecho. El jueves Johnson reconoció que la epidemia se extenderá y «muchas más familias van a perder a sus seres queridos». Patrick Wallance calcula que puede haber hasta 10.000 personas infectadas, pero la cifra confirmada de casos es por ahora de 798 y 11 fallecidos. El Gobierno estima que el Reino Unido va con un mes de retraso con respecto a Italia, de ahí que aguarde para imponer medidas más «draconianas». El momento álgido de la infección será en 10 o 14 semanas.

La posición oficial es aceptar que el virus se va a extender en la sociedad, pero se debe intentar retrasar lo peor de la crisis al verano, cuando haya menos presión en la sanidad pública. Wallance ha levantado una polémica al decir que era contraproducente intentar frenar la curva de contagio y afirmó que 40 millones de personas en el Reino Unido necesita contagiarse para construir una inmunidad colectiva. No hay sin embargo prueba científica alguna sobre el efecto inmunológico del virus.