Hoy se cumple un mes del incendio del vertedero de neumáticos de Seseña (Toledo), el más grande de Europa, que fue extinguido hace una semana, pero ahora lo que preocupa a los vecinos es la calidad del aire y la retirada de residuos y neumáticos no quemados, lo que está previsto iniciarse en unos días. Según cálculos del Gobierno de Castilla-La Mancha realizados mediante el uso de drones, alrededor de 12.000 toneladas de las 100.000 que se habían acumulado en este lugar desde finales de los años 90, no se han quemado y se trasladarán a los dos gestores autorizados de residuos en la región para después convertirlos en combustible con el que calentar los edificios públicos de la Junta.

Para determinar qué se hará con los residuos, es decir, con las ruedas quemadas, uno de los asuntos que más preocupa a los vecinos por los posibles riesgos para la salud, la empresa pública Emgrisa está realizando un informe que estará listo en los próximos días. Al tiempo, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha constituido la comisión de expertos que va a asesorar sobre la calidad del aire en Seseña.

Los ecologistas apuntan que la zona no se ha limpiado de compuestos cancerígenos por lo que dicen que “no se entiende el comportamiento de la Administración de no evacuar al pueblo”. H