La voz privilegiada de José Menese se apagó y, con ella, España perdió a uno de sus cantaores flamencos más importantes de los últimos años. El artista murió en La Puebla de Cazalla (Sevilla), a los 74 años, debido a un agravamiento de sus problemas de salud.

Nacido el 3 de diciembre de 1942, Menese estaba considerado uno de los más grandes cantaores no gitanos de la historia, con un estilo elogiado no solo por sus colegas y críticos, sino por escritores como Rafael Alberti, Fernando Quiñones o Antonio Gala.

Algunos expertos en flamenco lo situaban a la altura de cantaores como El Lebrijano, fallecido el pasado 13 de julio, en unos días negros para el flamenco, que también perdió el pasado 30 de junio al guitarrista Juan Habichuela, y tres semanas antes a la cantaora Juana la del Revuelo.

A lo largo de su carrera, Menese grabó una treintena de discos. El primero de ellos, en el año 1963, llevaba por título su propio nombre y estaba compuesto por diversos palos de soleá, siguiriya, bulerías y mirabrás, acompañado a las guitarras por Melchor de Marchena y Eugenio Jiménez. La última vez que entró en un estudio de grabación fue en 2005, para sacar al mercado A mis soledades voy, de mis soledades vengo.

CONDOLENCIAS // Tras conocerse su fallecimiento, fueron muchos los que mostraron sus condolencias a la familia y su admiración por el artista. La capilla ardiente, situada en su municipio natal, fue durante toda la tarde de ayer un hervidero de vecinos que quisieron darle su último adiós.

Asimismo, numerosos colegas dedicaron palabras de cariño a Menese. El cantaor Miguel Poveda dijo de él que fue un artista “grandioso”, mientras que Francisco José Arcángel lamentó la muerte del “gran maestro”, de quien destacó su intento de renovar el flamenco “siempre dentro de los tradicionalismos”. H