La economía española está experimentando entre ayer y hoy un primer retorno a la actividad, con los trabajadores de los servicios no esenciales reincorporándose tras 15 días de parón decretado. La construcción y parte de la industria han vuelto a activar máquinas en una deshibernación nutrida, pero no masiva de miles de ocupados. Y con lagunas en muchos centros de trabajo sobre si las empresas disponen del material necesario para garantizar que la curva de contagios no volverá a dispararse. No solo existen dudas entre patronales y sindicatos de los equipos suficientes para abrir, sino también de las existencias de EPIs (Equipos de Protección) suficientes para conseguir que la reapertura de estos días dure más allá de unas semanas. Especialmente entre las pequeñas y medianas empresas; que representan a la mayoría del tejido empresarial del país.

Con la festividad del lunes de Pascua de por medio, siete comunidades autónomas recuperaron parte de su actividad ayer y otras ocho lo harán hoy. «Escalonado» es el adjetivo con el que definió el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, el ritmo de las operaciones. La actividad no ha pasado de 0 a 100 y la economía no ha transitado del desconfinamiento total a la normal actividad. «No hay mucha más gente trabajando de la que había en los días anteriores», consideró el máximo dirigente de CCOO, Unai Sordo. Pues el volumen de trabajadores empleados en los servicios no esenciales es minoritario y ocupa a uno de cada cuatro asalariados; según datos del INE.

SUSPENDIDOS POR EL ERTE / Y, por otro lado, millones de trabajadores continuarán suspendidos de empleo y sueldo mediante un ERTE. Estos superaban los tres millones de afectados en toda España a fecha del viernes y durante el fin de semana la estadística ha seguido creciendo en ese sentido.

Este primer retorno ha sido nutrido, pero no masivo. Así lo constan los volúmenes de tráfico del transporte público en las principales ciudades del país, que revelan un repunte respecto al confinamiento total entre los servicios no esenciales; pero quedan lejos de los registros normales.

Ayer, el metro de Madrid registró un tráfico matutino de 13.375 pasajeros; el 50% más que el lunes pasado pero muy lejos de los 110.000 de un lunes normal. Unos números similares a los que prevé el Ayuntamiento de Barcelona para la capital catalana, pues aumentará entre el 40 y el 65% la frecuencia del servicio pero apenas prevé el 15% de los pasajeros de un día previo a la pandemia.

No todos los trabajadores de empresas tipificadas como esenciales se reincorporaron después de Semana Santa a sus puestos. Y es que no todas las empresas disponen actualmente del material de prevención de riesgos sanitarios necesario para garantizar las condiciones mínimas para ese regreso.

LAS PYMES / Y el agujero está en las pymes, tal como coincidieron en señalar patronales y sindicatos durante el día de ayer. «En el mundo empresarial lo que entendemos es que posiblemente las empresas grandes sí que tienen capacidad y acceso a suministros [de prevención], mientras que las pequeñas y medianas empresas seguramente no tienen este tipo de materiales», alertó el vicepresidente de CEOE Íñigo Férnandez Mesa; en declaraciones ayer en Antena 3.

Por su parte, los máximos dirigentes sindicales remarcaron los limitados recursos de Inspección de Trabajo para controlar a todas aquellas compañías que decidan reiniciar su actividad sin todas las garantías.

La incógnita que a muchas compañías se les presenta estos días es si la reapertura iniciada esta semana no acabará en un ERTE por causas productivas al cabo de unos días o semanas, ante la imposibilidad de garantizar la seguridad de todos sus trabajadores.

«Las existencias de materiales de prevención llegan a cuenta gotas y son insuficientes», reconocen los empresarios. Unos materiales que van más allá de los guantes, las mascarillas y los geles desinfectantes y que varían según la actividad y naturaleza de la compañía. Así como los costes de poder mantener o no esa cadena de suministros sanitarios para todos los sectores de la producción. «Hay sectores en los que las empresas pueden abrir y cerrar rápidamente y sin grandes costes, pero para otras el tener que volver a cerrar será un duro golpe», aseguran.