Durante este fin de semana, los habitantes de la provincia podrán observar en condiciones favorables --siempre que las nubes lo permitan-- la lluvia de estrellas de las Eta Acuáridas, producida por los restos del más famoso de todos los cometas, el Halley.

La Tierra, a lo largo de su órbita que realiza anualmente en torno al Sol, se va encontrando y barriendo pequeñísimos restos de cometas y asteroides del sistema solar. Cuando el planeta se encuentra en el centro de la órbita por donde ha pasado con anterioridad un cometa o asteroide, se produce lo más espectacular del fenómeno astronómico: el máximo de la lluvia de estrellas.

Hay varias lluvias de estrellas a lo largo del año, las más populares y mediáticas son quizás las Perseidas o las lágrimas de San Lorenzo, que se producen a mediados de agosto y están asociadas al cometa Swift-Tuttle. Pero al contrario de lo que el público puede pensar, no es la más intensa, sino que es superada por la lluvia de las Cuadrántidas -asociadas a un asteroide-- , que con hasta 120 meteoros a la hora es la más importante, aunque por desgracia tiene lugar en unas fechas muy incómodas para su observación (a principios de enero).

LA LUNA, DETERMINANTE // También influye mucho en la observación de estos fenómenos la fase de la Luna y, lógicamente, el sitio escogido para ver el firmamento. Si la Luna está presente o el observador se encuentra cerca de luces urbanas, aunque el cielo esté despejado, a duras penas se podrá disfrutar de algún meteoro.

Sin embargo, este fin de semana, tanto la noche de ayer como la de hoy, y siempre con permiso de las nubes, la Luna estará en fase de nueva, por lo que el astro no será visible y no impedirá la observación de las Eta Acuáridas.

Estos meteoros, del tamaño de un grano de arena y que ingresan en la atmósfera a varias decenas de miles de kilómetros por segundo, suelen presentarse con trazas muy alargadas y con dominantes tonos naranjas.

El máximo de estrellas que se pueden esperar a ver es de 50 a la hora, aunque solo bien entrada la noche, cuando la constelación de Acuario empiece a levantarse por el horizonte sur-sureste.

El desgaste en cada paso del Halley deja atrás estas partículas que penetran en la atmósfera desintegrándose a más de decenas de kilómetros de altura. Si uno de estos meteoros tocara el suelo (harto improbable), se podría recoger un meteorito de uno de los tipos de astros más viejos y carismáticos del sistema solar.