El Boletín Oficial del Estado publicó ayer la disposición 7337 que da vía libre al cumplimiento del real decreto aprobado por el Consejo de Ministros sobre las evaluaciones que deberán realizar los alumnos de los últimos cursos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato.

En la nota final de la evaluación de ESO, contará en un 70% la media de las calificaciones del curso y en un 30% la de la prueba final; en Bachillerato el 60% del peso de la nota será, igual que en la ley anterior, la media de las calificaciones del curso y el 40% la obtenida en la evaluación final.

De este modo, la reválida de esta última etapa funcionará el primer curso como la selectividad, para acceder a la universidad, pero desde el año siguiente también se necesitará para tener el título de Bachillerato.

Los profesores de la escuela pública y sus equipos directivos aplicarán las evaluaciones, que serán controladas en los centros educativos por el profesorado durante su realización. Los exámenes constarán de las materias troncales (cinco asignaturas), dos opcionales y una específica, que no sea ni Educación Física ni Religión.

Según la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, estas pruebas garantizan “la seguridad jurídica y la igualdad de oportunidades en todo el territorio español”. H