Absueltos los cinco miembros de un clan familiar (una madre y cuatro de sus hijos) acusados de inducir al crimen del mercado de Vinaròs. El jurado popular declaró ayer por la noche «no culpables como inductores de causar la muerte violenta de Mariano Santiago» a los miembros del mismo clan familiar, en la lectura del veredicto realizada en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón.

Después de esto, la magistrada presidenta leyó en la sala la sentencia in voce que declaró su «absolución de un delito de inducción al asesinato, con toda clase de pronunciamientos favorables al respecto», otorgando el derecho a presentar recurso.

El fiscal del juicio, que arrancó el jueves 6 en la Audiencia Provincial de la capital, acusaba a los cinco miembros de un clan familiar de haber contratado a un sicario para matar por venganza a un integrante de otro clan rival, todos de etnia gitana.

Ellos negaron en la vista su implicación e incluso, algunos afirmaron «no conocer al fallecido ni a su familia» y no haber tenido «jamás» problemas con ellos.

La Fiscalía pedía, para cada uno de ellos, 25 años de prisión por un delito de asesinato a sueldo. Según el Ministerio Público, los seis miembros de la familia

-uno de ellos no compareció por sufrir una demencia sobrevenida- se habrían puesto de acuerdo para contratar a un sicario -que no ha sido identificado- para acabar con la vida de la víctima de cinco disparos mientras trabajaba en el mercadillo semanal de Vinaròs. Los hechos se remontan al 2 de octubre del año 2008.

POR UNA REYERTA MORTAL // Durante el juicio, la Fiscalía sostuvo que el crimen fue una vendetta de Los Pelúos por una reyerta mortal ocurrida cinco años antes, en el 2003 en Sabadell (Barcelona), donde murió su tío a manos del clan al que pertenece la víctima, por el que condenaron a dos de las siete personas que intervinieron. E incidió en que uno de los acusados fue detenido en el 2005, armado y con una supuesta lista negra en cuyo primer lugar figuraba Mariano Santiago.

La Guardia Civil consideró que el asesinato del 2008 fue una «venganza de sangre», y aportó, como prueba «una llamada que se hizo desde el propio mercado semanal de Vinaròs a un familiar de los procesados minutos después del asesinato». La madre del clan acusado negó que fuera su voz. El autor material de los disparos, sin embargo, nunca ha podido ser identificado.