El agresor del punzón, Tomás Burgos Domingo, de 60 años, que durante la semana pasada mantuvo en vilo a los castellonenses tras atacar a tres mujeres con una navaja y acosar a otra chica con gestos obscenos, es el famoso violador de la Diagonal, que ocupó ya en 1977 las páginas de los periódicos más importantes de la época, tras agredir sexualmente a tres chicas en apenas tres meses en Barcelona. Pese a haber estado en prisión cumpliendo una larga condena, al salir, en el 2001, volvió a las andadas y perpetró, también en la Ciudad Condal, otra agresión sexual por la que fue, una vez más, detenido.

Como ya publicó Mediterráneo esta semana, Tomás Burgos --que está desde el domingo en la cárcel de Castellón-- llevaba meses en busca y captura por orden judicial después de que en abril de este año causara el pánico en el metro de Valencia, donde durante varios días atacó a hasta cuatro mujeres a las que lanzó escaleras abajo, provocándoles serias lesiones. Se desconoce el tiempo que el famoso violador de la Diagonal lleva en Castellón, lo que sí se sabe es que pernoctaba en los cajeros automáticos de la capital --que usaba para cambiarse de ropa y dificultar la investigación-- y se movia por el centro de la ciudad, vagabundeando. El sábado, cuando fue detenido por la Policía Nacional, llevaba encima una navaja con hoja de seis centímetros, un cortauñas y un tenedor. Pese a que utilizó la navaja para herir a las tres castellonenses atacadas, usaba los otros dos objetos punzantes, también, para lograr atemorizarlas.

UNA SEMANA ATACANDO // Cabe recordar que el primer ataque en Castellón se produjo el 2 de agosto, a las 22.30 horas, en la misma Puerta del Sol. Según denunció la víctima, de 36 años y de origen rumano, el hombre la siguió por la calle Vera hasta que consiguió alcanzarla y le exigió un cigarro. Como la afectada le dijo que no tenía tabaco, este se metió la mano por debajo del pantalón corto y comenzó a realizar gestos obscenos a escasos centímetros de ella. La mujer, tras ponerse a gritar, logró que este huyera.

El 5 de agosto, de nuevo, volvía a hacer de las suyas. Eran las 6.15 horas de la mañana cuando abordó en la parada del autobús de la avenida Barcelona, junto al parque Ribalta, a una joven melillense de 24 años. Sacó la navaja y esgrimiéndola le dijo que le diera todo el dinero que llevaba. Como la chica no tenía nada, este, mostró su enfado estrujando una lata de coca-cola. Tras esto, le clavó el arma en el costado y escapó adentrándose en el parque Ribalta.

Poco después, a las 9.00 horas, en la calle Segarra Vives dirección a la plaza Fadrell, se cruzó por la acera con una castellonense de 25 años. Sin mediar palabra le clavó la navaja en el cuerpo a la altura del pulmón. La víctima pidió auxilio en un bar y fue trasladada al hospital General recibiendo seis puntos de sutura.

El 6 de agosto, a las 3.30 de la madrugada, persiguió desde la plaza Borrull a la avenida Hermanos Bou con calle Císcar a una mujer checa de 37 años. Tras agarrarla del brazo le cortó con la navaja. Tras esto se marchó a un cajero de la Puerta del Sol.

PELIGRO SOCIAL. "Cuando salga de la cárcel violaré a 2 ó 3".

Tomás Burgos, según explicaron a Mediterráneo fuentes judiciales, es "un inadaptado social" y pese a haber estado en la cárcel durante años "no se ha reinsertado". De hecho, tras negarse a declarar ante la Policía Nacional y ante el juez de guardia, sí que espetó sin reparos: "Me da igual que me metan en prisión porque en cuanto salga me cargaré o violaré a dos o tres mujeres o a las que hagan falta por zorras y por hijas de puta".

El violador de la Diagonal, además de expresar su profundo odio a las mujeres, también se refirió a las fuerzas y cuerpos de seguridad en estos términos e incluso hacia el sistema judicial: "Odio a los jueces, a la puta policía y a las mujeres que merecen ser violadas".

El agresor, pese a que un forense acudió a reconocerlo, se negó a ser evaluado tanto psíquica como físicamente.