La Audiencia Provincial de Álava ha condenado a un director de banco, natural de Betxí y de 55 años, a la pena de un año de prisión y a abonar una multa de 1.116 euros por un delito de apropiación indebida tras admitir el directivo que se quedó con un millón de euros de un matrimonio de Bilbao. Según declara probado la sentencia, debido a la vinculación del condenado con un banco suizo, este ofrecía a determinados clientes --actuando como intermediario financiero-- la posibilidad de abrir cuentas y realizar inversiones financieras en la sucursal que la entidad en Ginebra (Suiza).

En agosto del año 1998, el sentenciado contactó con las víctimas, titulares de una empresa del sector de la madera, ofreciéndoles sus servicios como intermediario. Fruto de aquellas relaciones y aprovechando la confianza que en él había depositado el matrimonio, abrió dos cuentas en el banco suizo, cuyo saldo llegó a ascender a los 1.239.012 euros.

El directivo de banca, abusando de la confianza depositada en él, entre los años 2004 y 2008 realizó, el propósito de obtener un ilícito beneficio económico, distintas transacciones desde estas cuentas hacia otras de terceras personas para hacerse con los importes dinerarios hasta hacerse con 1.074.434, sin ser conocedores de lo ocurrido los afectados.

Antes del juicio oral devolvió esa cantidad y admitió los hechos de los que se le acusaba.