Sentenciado por los delitos de violencia doméstica habitual y violencia en el ámbito familiar. Un vecino de Nules ha sido condenado a una pena de dos años y siete meses de cárcel y a pagar una indemnización de 3.000 euros por pegar de forma continuada a sus hijos, de 11 y 14 años. El sentenciado no podrá, además, acercarse a ninguno de los dos menores de edad ni comunicarse con ellos por un tiempo de dos años, pues contará con una orden de alejamiento respecto a los pequeños.

Así lo ha determinado la Audiencia Provincial de Castellón, tras juzgar las agresiones físicas, insultos y amenazas sufridas en el domicilio familiar de Nules.

Según ha determinado el máximo órgano de justicia castellonense, los testimonios que los niños prestaron durante el juicio fueron «convincentes», «conmovedores», «muy creíbles» y que «traslucen una dura verdad».

Los hechos por los que su padre ha sido sentenciado se remontan al año 2010, cuando él y la madre de los adolescentes todavía estaban casados (aunque tenían desavenencias frecuentes).

Durante una discusión entre sus progenitores, la hija del matrimonio, de 14 años, defendió a su madre, preguntándole al ahora condenado «¿qué le estás haciendo?». Este cogió a la niña por el cuello, le estiró del pelo y la levantó del suelo. Cuando la menor intentó zafarse, él la lanzó con fuerza contra una puerta.

Días después, la madre tuvo que irse a Madrid por motivos laborales y el procesado se enfadó con sus hijos porque estaban jugando y peleándose mientras él hacía la cena. El hombre se puso muy nervioso, rojo de ira, y volvió a coger a la menor por el cuello, apretándole y dificultándole la respiración. A su hermano lo zarandeó y golpeó en la cabeza, provocándole el llanto.

En presencia de los abuelos de los pequeños, en la Vilavella, protagonizó otro episodio violento, en el que los ancianos fueron testigos de cómo pegaba a los menores con ambas manos en la cabeza. Tal y como relata la sentencia, a la que ha tenido acceso Mediterráneo, el condenado sufría «explosiones de ira, golpeándoles cuando hacían algo que no le parecía bien, llegando a amenazarlos con que les robaría, destrozaría su casa o los mataría», unas amenazas que provocaron miedo y rechazo en los niños.

La madre de los menores inició los trámites de separación y denunció los malos tratos a los adolescentes en el puesto de la Guardia Civil de Burriana, que inició una investigación. H