Quería deshacerse de la cabra hispánica que acababa de cazar en la Balma, pero el peso del animal le venció y se cayó al vacío desde un peñasco, barranco abajo. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investiga en estos momentos las circunstancias que rodearon ayer el accidente de un cazador furtivo de origen extranjero, al parecer belga, que tuvo que ser rescatado por los bomberos del Consorcio y trasladado después en helicóptero hasta el Hospital General de Castellón con fractura de dos tobillos, según pudo saber Mediterráneo.

El percance se produjo sobre las 9.30 horas de la mañana. En la Balma de Sorita hay un coto de caza de cabras hispánicas y ahora es plena temporada. Al parecer, un turista cántabro que se hospeda en el santuario de la Balma, y que se dedica a realizar fotografías de aves y paisajes, salió a dar un paseo. En un momento dado, cuando caminaba por un sendero, divisó con sus prismáticos a este cazador furtivo, que se quedó estático, mirándole, explicaron fuentes enteradas del caso.

«PARECE QUE SE ASUSTÓ» // El hombre, como narraron, «parece que se imaginó que este fotógrafo, que llevaba los anteojos y le miraba, era un agente forestal y se asustó». Acto seguido, apuntó esta persona, «el extranjero cogió la cabra hispánica y la lanzó desde lo alto de una roca barranco abajo, con tan mala suerte que el peso del animal, recién abatido a tiros y de gran tamaño, le venció y se cayó él también desde una altura de unos cinco o seis metros, en una ladera muy abrupta».

Este fotógrafo que había presenciado la escena llamó por teléfono rápidamente al santuario de la Balma para pedir ayuda y desde este hotel alertaron enseguida a la Guardia Civil, que requirió además la presencia en la zona de los bomberos de Morella, de una SAMU y del Seprona.

HELICÓPTERO // El cazador furtivo, de 36 años, tuvo que ser rescatado y estabilizado en una camilla por los bomberos, al tiempo que los médicos le practicaron unas primeras curas, ya que tenía los dos tobillos rotos, informaron desde el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (Cicu). Un helicóptero medicalizado lo trasladó al Hospital General de Castellón, donde está ingresado.

El Seprona recogió del lugar, además, la cabra hispánica abatida para ser examinada. Y es que fuentes cercanas al caso desvelaron que el aficionado a esta actividad cinegética carecía de permisos. Al parecer, habría acudido en compañía de otras personas, pero no ha trascendido si han sido localizadas. El hombre fue informado por el Seprona de la posible comisión de un delito contra la fauna. Los agentes buscaban ayer el rifle por el barranco.

UN NEGOCIO // El negocio de la caza de la cabra hispánica o montesa trae cada año a los cotos de Castellón a decenas de aficionados y turistas, sobre todo europeos y americanos, con un alto poder adquisitivo, lo que supone importantes ingresos para la provincia. Por su parte, el Seprona vigila toda esta actividad junto con funcionarios de la Conselleria de Medio Ambiente, que es la que otorga el permiso especial para poder cazar.