La Guardia Civil ha descartado el homicidio en el caso del vecino de Burriana que apareció sin vida en su vivienda este miércoles con un disparo de escopeta, como publicó ayer este periódico. Todo apunta a que el fallecido se pegó un tiro con su propia arma cuando su mujer había salido del domicilio para ir a la peluquería. A su regreso, su pareja lo encontró ya sin vida y dio la voz de alarma.

Efectivos de la Policía Científica se llevaron del inmueble el arma utilizada y realizaron una minuciosa inspección ocular durante varias horas en el ático del número 28 de la calle Almesies.

Según indicaron los vecinos en conversaciones con este diario, el fallecido, de 63 años y quien se dedicaba a la ilustración, sufría una depresión y atravesaba momentos complicados.