Manuela R.M.M., la cuidadora de una escuela infantil del Grao de Castellón que fue condenada el mes pasado a dos años de cárcel por agredir a dos alumnos, ha recurrido la sentencia ante la Audiencia Provincial.

La defensa de la cuidadora sostiene en su recurso que es esencial que declaren los menores afectados, que nunca lo han hecho hasta ahora, y no solo sus madres, “que pueden exagerar las reacciones de los niños”.

La magistrada del Juzgado de lo Penal número 2 de Castellón la estimó culpable de dos delitos contra la integridad moral de los menores, de dos años, a los que dirigió expresiones impropias para su edad y dio tirones bruscos y algún bofetón o cachete.

Así lo explicó la jueza en la sentencia, que se dictó tras un mediático juicio, pues una vecina grabó en directo un vídeo de la educadora, gritando y, supuestamente, dando algún golpe a una niña. Unas imágenes que corrieron como la pólvora entre los padres de los alumnos, en las televisiones nacionales y por internet y que constituyeron una importante prueba durante el juicio.

Además de la pena de prisión, el Juzgado de lo Penal 2 sentenció a Manuela R.M.M. a indemnizar económicamente a las madres de las dos víctimas con 2.000 euros a cada una por los daños morales. Un pago que afronta la Conselleria de Educación, que es la responsable civil subsidaria.

Los hechos sucedieron en el curso escolar 2010-2011. La magistrada consideró probado que la educadora actuó sin ningún tipo de “paciencia o consideración” con los niños, de dos años de edad, y trató, en reiteradas ocasiones, de forma “inadecuada para su edad a algunos de sus alumnos. La procesada, sin embargo, mantuvo durante las distintas sesiones su inocencia, asegurando que nunca puso la mano encima a los niños y explicando ante el tribunal una realidad muy distinta a la que las madres de los pequeños contaron a la jueza y la fiscal. “No quería ir a clase, tenía pesadillas, lloraba, decía que era mala”, declaró una de las madres durante el juicio.

La ya condenada admitió que “fue a pegar” a la niña que aparece en el vídeo que una vecina le grabó. “Gracias a Dios ella se apartó y no llegué a tocarla”, explicó la educadora, justificó dicho episodio diciendo que sufrió un “ataque de pánico” al quedarse encerrada en el patio. Negó haber zarandeado, dado cachetes ni tratado con brusquedad a los menores. Dijo no haber tenido queja alguna de los padres en sus 27 años de carrera y relató que el día en que se grabaron las imágenes ella vivió un gran estrés. H