Una indemnización de 40.000 euros. Esta es la cantidad que pide el fiscal para reparar los daños y el sufrimiento del matrimonio formado por Ramón Cuevas y María Fina Beltrán, de 79 y 76 años respectivamente, que hace seis años fueron brutalmente asaltados mientras dormían en su domicilio por tres ladrones encapuchados que les propinaron una paliza, los ataron de pies y manos y los dejaron malheridos en el suelo durante casi 20 horas, con trapos en la boca para que no pudieran ni pedir auxilio.

El juicio, como ya avanzó ayer Mediterráneo, se celebrará el próximo martes, día 28, en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón a partir de las 11.30 horas, en una sesión abierta al público. La Fiscalía solicita 27 años para cada atracador (sumando un total de 81 años) por los delitos de robo con violencia, detención ilegal y lesiones, con la concurrencia de la circunstancia agravante de disfraz, ya que iban ataviados con ropas oscuras, guantes y pasamontañas.

Según reza el escrito de acusación formulado por el Ministerio Público, los ladrones, multirreincidentes y con varias condenas por delitos de robo con violencia, se dirigieron el 9 de abril del 2011 a la vivienda de Ramón Cuevas y María Fina Beltrán que en esos momentos dormían, ya que eran las dos de la madrugada. Los delincuentes entraron por unas escaleras de piedra que daban a la terraza de la casa y, tras acceder a la misma, fueron directos al dormitorio donde se encontraban las víctimas, abalanzándose sobre ellos de forma inesperada.

SIETE COSTILLAS ROTAS

Los acusados, como sostiene el fiscal, comenzaron a propinarles puñetazos y golpes por todo el cuerpo, al tiempo que los cogían del cuello y les exigían que les dijeran dónde estaba escondido el dinero.

Tal y como narró tras el terrible suceso Ramón Cuevas, en declaraciones a Mediterráneo cuando estaba ingresado en el Hospital General: «Lo primero que hice fue decirles dónde estaba el dinero, porque hacía unos días que había ido al banco y tenía guardados 1.000 euros, pero aún querían más y no paraban de golpearnos... Les dije que el resto lo tenía ya todo en el banco y nos apalearon todavía más».

La banda pudo hacerse con 1.000 euros en efectivo y 6.671 en joyas, huyendo del lugar y dejando a Ramón y a María Fina inmóviles durante casi 20 horas. Fue la hija de ambos, María José, quien al ver que no respondían al teléfono se acercó a la casa y los encontró amordazados. Ramón, que estuvo en la UCI tenía siete costillas rotas y múltiples hematomas. Su esposa acabó con dos costillas rotas y heridas diversas. Los ladrones, multirreincidentes, permanecen en prisión preventiva.