Dos personas muertas y 21 heridas por quemaduras e inhalación de humo. Es el balance anual de incendios en domicilios, que en el 2019 afectaron a 20 viviendas de la provincia cada mes. En total, 235 se vieron afectadas por las llamas ante cortocircuitos, incendios en la campana extractora de la cocina y otros sucesos, según datos proporcionados por el Consorcio Provincial de Bomberos de Castellón.

Las notas más trágicas las marcaron dos casos en la capital de la Plana y Almassora, que dejaron dos fallecidos en enero y noviembre, respectivamente. Estas muertes rompieron la tendencia marcada por el año 2018, cuando no se había producido ningún óbito a causa de fuegos en domicilios.

El primero de los casos sobrecogió a Castelló a mediados del mes de enero cuando la Policía Nacional encontró un cadáver en el número 91 de la calle Lepanto. Se trataba de Carlos G.L., de 29 años y natural de Sant Joan de Moró, quien había perdido la vida por inhalación de humo. Fueron los vecinos del inmueble quienes dieron el aviso a las autoridades al ver que la puerta del piso de la víctima estaba ennegrecida.

Bomberos municipales accedieron a la vivienda por una ventana y encontraron el cuerpo del finado. La investigación policial determinó que la víctima dejó un calefactor encendido antes de irse a dormir para secar una ropa que se encontraba mojada.

Colocó el aparato sobre el sofá del comedor, donde se iniciaron las llamas, y se marchó a la cama sin presagiar que la estufa podía causar un fuego mortal.

Nueve meses después, en la calle Boqueras de Almassora, una vecina de unos 50 años falleció en el transcurso de un voraz fuego en su vivienda. El fuego se originó en el tercer piso de un edificio de tres plantas situado en el número 89 y que fue desalojado por la Guardia Civil y la Policía Local. Varias personas intentaron acceder a la vivienda afectada para socorrer sin éxito a la víctima. A la llegada de los bomberos, nada pudo hacerse por salvarla.

DETECTOR HUMO / El uso de estufas y calefactores durante el invierno dispara el riesgo de incendio. Realmente útiles resultan las alarmas de incendios en los hogares, que cuestan apenas 20 euros y pueden encontrarse en hipermercados. La Diputación Provincial instala estos dispositivos, que pueden salvar vidas, de forma gratuita en aquellas viviendas en las que residen mayores de 65 años solas o acompañadas.