Un agente de seguros de Castelló se enfrentará mañana al banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial por un presunto delito continuado de estafa agravada y otro de falsedad en documento mercantil. La Fiscalía pide para él una pena de seis años de cárcel y una multa de 5.580 euros por haberse quedado, presuntamente, un total de 315.000 euros de sus clientes entre los años 2014 y 2016.

El Ministerio Público sostiene que, en un plan preconcebido y sirviédose de su trabajo en la compañía aseguradora, se puso en contacto con clientes, ofreciéndoles la contratación de servicios financieros y, tras aceptar estos sus propuestas, creaba diversos documentos similares a los de la entidad para dotar de credibilidad su engaño.

Así, incluía números de póliza que solían coincidir con otras ya dadas de baja y bonificaciones ficticias. En estos documentos el número de cuenta que aparecía para transferir el dinero era el suyo propio, según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía.

DE 5.000 A 95.000 EUROS

De este modo, logró la entrega de importantes cantidades de dinero por parte de varios clientes. Las sumas estafadas van desde los 5.000 euros a una de las víctimas hasta los 95.000 que llegó a pedirle a un matrimonio. Según consta en el escrito del Ministerio Público, la entidad aseguradora indemnizó, tras el presunto fraude, a la totalidad de perjudicados.

Hace ahora tres años un caso similar llegó a la misma sección de la Audiencia Provincial. Cuatro años de cárcel y el pago de cerca de 600.000 euros es la condena que impusieron los magistrados al agente de seguros Juan Manuel Monzó García como autor de un delito de estafa, ya que llegó a apropiarse de 471.320 euros de una docena de clientes que contrataron pólizas de inversión en una correduría de Vila-real donde este estaba empleado.

El condenado declaró entonces ante el tribunal que se había apoderado del dinero porque en aquella época sufría una fuerte adicción al alcohol y ludopatía.

JUSTIFICACIONES

«Empecé a jugar y a beber. Apostaba mucho y llegué a ganar la lotería dos veces. Vivía a un nivel muy alto y perdí el control», confesó.

Otra de las estafas más mediáticas de la provincia afectó también a varias compañías aseguradoras cuando un vecino de Nules se amputó la mano y fingió un accidente para cobrar la indemnización de varias pólizas que había contratado previamente en el marco de un plan preconcebido.

La Audiencia lo sentenció a devolver a las aseguradoras los 335.000 euros que percibió como indemnización.