Un maltratador condenado en nueve ocasiones por violencia doméstica y de género, robos y hurtos diversos, se sentará el miércoles en el banquillo de los acusados de la Sección Primera de la Audiencia de Castellón como presunto autor de abusar sexualmente de una chica que en el momento de sucederse los hechos estaba muy afectada por el consumo de bebidas alcohólicas. La Fiscalía solicita para el procesado, que responde a las iniciales R.V.R., una pena de seis años de cárcel en base al artículo 181.1, 181.2, y 181.4 del Código Penal, al atentar contra la libertad sexual de la víctima sin mediar violencia ni intimidación y aprovechándose de que la chica tenía anulada su voluntad.

Según reza el escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Público, el procesado, R.V.R., en la madrugada del 5 de febrero del 2016, en las inmediaciones de una plaza de Castellón, se encontró con un conocido suyo, que estaba acompañado por una mujer y por los compañeros de piso de esta. Como la chica comenzó a sentirse indispuesta al estar muy afectada por la ingesta de bebidas alcohólicas, todos ellos decidieron desplazarse hasta el domicilio de ella, ubicado en la capital de la Plana, próximo al lugar.

El acusado, sostiene el fiscal del caso, pese a ser conocedor y consciente del estado en el que estaba la víctima, pretendió besarla en varias ocasiones. Unos actos que ella, pese a encontrarse mal, rechazó por sí misma.

EN LA HABITACIÓN

La chica, como se desprende del relato de la Fiscalía, tuvo que acudir varias veces a vomitar al baño y, en un momento dado, se marchó a su habitación con la ayuda de sus compañeros de piso, que fueron testigos del evidente estado de embriaguez que presentaba. Cuando estaban en el dormitorio, sus amigos la ayudaron a desvestirse y le colocaron la parte superior del pijama solamente, por lo que la chica se acostó en la cama con la camiseta y con la ropa interior que llevaba puesta.

Fue sobre las dos y media de la madrugada, detalla el fiscal, cuando el procesado se dirigió a la habitación y, aprovechando que estaba borracha, se tumbó en la cama junto a ella y perpetró los abusos sexuales. Horas más tarde, alrededor de las cinco de la mañana, se introdujo de nuevo en el dormitorio de ella para volver cometer los mismos actos delictivos sobre la chica.

La joven, sostiene el Ministerio Público, no pudo oponerse a los actos ni ofrecer resistencia al estar en estado de somnolencia e inconsciencia por el alcohol.

La víctima como consecuencia de estos hechos y dado el análisis de los forenses sufre un trastorno de ansiedad reactiva al suceso.