La lancha neumática semirrígida que ocasionó el lunes la muerte de un niño en una playa de Algeciras (Cádiz) no era una narcolancha propiamente dicha, pero había participado en tareas de apoyo en operaciones de tráfico de estupefacientes, según confirmó ayer la Policía Nacional.

El piloto, que hace años fue condenado a tres años de prisión por narcotráfico, permanece detenido por un delito de homicidio imprudente, mientras que su acompañante ha sido puesto en libertad al confirmarse que no participó en la maniobra temeraria y que incluso, según las fuentes, colaboró quitando las llaves de la embarcación para que el piloto no pudiera fugarse.

La lancha había sido requisada el pasado 26 de abril y fue recuperada por el piloto una hora antes del accidente. Los testimonios recopilados indican que el padre del niño fallecido y el piloto mantuvieron una discusión, aunque las pesquisas sí han podido «descartar que existieran cuentas pendientes», dado que el progenitor también está vinculado al tráfico de estupefacientes.