Dos hermanos de origen rumano se enfrentan a siete años de prisión cada uno por dos presuntos delitos de lesiones que cometieron cuando agredieron, supuestamente, con piedras, palos y señales de tráfico a vecinos de les Coves de Vinromà en una batalla campal en el 2010.

Uno de los testigos de las brutales palizas calificó lo sucedido de “intento de asesinato” a un joven al que apedrearon y, una vez cayó al suelo, propinaron golpes y patadas hasta que perdió el conocimiento. La novia de este también aseguró haber recibido un puñetazo al pedir que lo dejaran. Otro de los heridos perdió, tras las agresiones, parte de la audición y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por las lesiones en el rostro, que precisaron de la implantación de placas de titanio, según confirmó él mismo en su declaración ante los magistrados. “La sangre me caía por la cara a borbotones”, aseguró la víctima.

Los dos procesados, por su parte, negaron las agresiones y solo uno de ellos admitió haber dado “alguna patada”.

La Fiscalía y la acusación particular piden para ellos tres años y medio de cárcel por cada uno de los dos delitos de lesiones que estiman cometieron, así como cerca de 30.000 euros de indemnizaciones para los dos jóvenes que resultaron más heridos. H