Nadie es inmune al frío que en pleno mes de diciembre se vive a diario en la provincia. Tampoco los gatos, que han descubierto un refugio calentito para combatir las gélidas noches en la calle. Se trata de los motores de los coches estacionados en la vía pública y que los felinos utilizan como guarida.

Las policías locales alertan del fenómeno y recomiendan a los propietarios de los vehículos que golpeen el capó del coche un par de veces antes de poner en marcha sus motores con el objetivo de ahuyentar a los animales y evitar que sufran cualquier daño.

Los gatos callejeros, que se las saben todas para sobrevivir, logran, con gran agilidad, introducirse entre la maquinaria del automóvil y acurrucarse junto al motor, buscando algo de calor y con el consiguiente peligro para su integridad cuando el conductor pone en marcha el vehículo, según informan fuentes policiales. En el caso de los ejemplares adultos, suelen salir disparados en cuanto oyen el ruido de alguna puerta, una voz o bien la llave en el contacto. La cosa se complica, sin embargo, cuando se trata de camadas --las gatas suelen meter a los pequeños para mantenerlos calientes--.

Autonomía

Cuando ellas se van a buscar comida, las crías se quedan y no suelen bajar por sí solas. Por todo ello, agentes de la Policía Local de Betxí lanza un aviso a la ciudadanía, pidiendo precaución ante la posible presencia de felinos refugiados en las tripas de los automóviles.

En caso de descubrir un gato en el motor --hay veces que se quedan enganchados y no pueden salir--, los afectados pueden avisar a los bomberos.