Agentes municipales peinaron los alrededores de la casa en la que tuvo lugar el asalto y también el resto del barrio para dar con el agresor, que había huido a la carrera. Bomberos municipales y Policía Local colaboraron para arrestar al susodicho, que se había encaramado a un edificio y quiso ocultarse en la terraza de un domicilio.

Casi dos horas después del robo, pudo ser arrestado y conducido hasta las dependencias de la Policía Nacional, con la ropa y la cara ensangrentadas tras la brutal agresión. El joven podría ser acusado de un delito de robo con violencia en casa habitada y otro de tentativa de homicidio.