La Audiencia Provincial de Castellón ha impuesto seis años de prisión a un frutero de la capital por utilizar su establecimiento alimentario de la calle Carcagente para vender droga. El comerciante ya tenía una condena previa por un delito contra la salud pública, pues el Juzgado de lo Penal número 1 de la capital lo sentenció a un año de prisión y al pago de 22.800 euros por hechos similares en el año 2018. Ahora, con esta segunda sentencia condenatoria, se convierte en reincidente.

El tribunal castellonense declara probado que el frutero distribuía cocaína y hachís al menudeo. Como consecuencia de las informaciones recibidas por la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional, se montó un dispositivo de vigilancia sobre el negocio y su propietario. En el verano del 2018 los agentes sorprendieron a un comprador que adquirió hachís en la frutería y a una mujer que compró una papelina de cocaína. Ambos fueron interceptados a la salida de la céntrica tienda.

SEGUIMIENTOS

Asimismo, los investigadores realizaron seguimientos al sospechoso. En octubre de ese mismo año comprobaron que, una vez cerrado su negocio, el ya condenado se dirigió a bordo de su coche a un pub de la misma calle, donde recogió a un joven. A unos 50 metros, el turismo se detuvo y esta persona se apeó del mismo. Entonces, el investigado se dirigió a otro local de ocio nocturno, donde entró tras haber contactado con una joven. Tras unos segundos, se marchó en dirección a Almassora.

Los agentes de la UDYCO siguieron al sospechoso y observaron que realizaba una conducción extraña y apagaba las luces, con intención de no ser visto. Los policías le dieron el alto y al hacer el pertinente registro en el turismo descubrieron tres papelinas de cocaína y unos trozos de hachís. Además, encontraron 600 euros en efectivo en billetes pequeños.

Con la debida autorización judicial, se procedió a la entrada y registro de la citada frutería. En su interior, los investigadores encontraron alambres verdes, envoltorios de aluminio, cuatro barras de hachís camufladas dentro de un bote de desodorante y una libreta con anotaciones en clave.

En uno de los dos domicilios registrados los agentes dieron también con una pistola táser, una báscula, varios cuchillos, restos de hachís y numerosos envoltorios, según consta en la sentencia de la Audiencia.

Al condenado se le aplica la circunstancia agravante de haber llevado a cabo estos hechos en un establecimiento abierto al público. Además de la pena de cárcel, deberá pagar una multa de 800 euros. Cabe recurso ante el TSJCV.