Nueva sorpresa en las playas de la provincia a cuenta de la borrasca Gloria. Si el temporal marítimo que azotó la costa castellonense la pasada semana sacó a la superficie 35 placas de hachís en Benicarló hace ahora siete días, otro hallazgo similar sorprendió el lunes por la tarde a Moncofa, una de las localidades más castigadas. Otras 23 placas de la misma sustancia afloraron del agua y fueron localizadas durante los intensos trabajos de limpieza que se llevan a cabo en la localidad para devolver a la costa el aspecto previo al paso de Gloria por el sur de la provincia.

Al parecer, el embravecido oleaje depositó el hachís en la orilla de la playa y las personas que localizaron el alijo, entre piedras y ramas, se pusieron en contacto inmediato con la Policía Local y la Guardia Civil. Agentes de la Benemérita procedieron a la incautación de las 23 placas, que se encontraban muy dañadas y presentaban un aspecto envejecido. Según fuentes policiales consultadas por este periódico, la droga podría haber permanecido durante años sumergida en el mar.

Estos hallazgos han propiciado que, durante los últimos días, se realicen rastreos en la costa ante la posibilidad de encontrar más droga hundida durante un largo tiempo y extraída por el temporal. En Moncofa, que acumula una gran cantidad de suciedad a lo largo de sus seis kilómetros de litoral, los agentes no descartan la aparición de más pastillas.

El alcalde, Wenceslao Alós, ha explicado que la droga estaba «en muy mal estado» y anuncia que seguirán con las comprobaciones en las playas «para localizar más placas de hachís, si es que el mar las ha sacado hasta la orilla».

LA PRESIÓN

Como publicara Mediterráneo recientemente, la presión ejercida en el Estrecho y el plan especial de seguridad en el Campo de Gibraltar para luchar contra el tráfico de drogas marítimo dan sus frutos día a día y frenan a los narcos que antes pasearon impunes por las costas españolas. Ahora, estas organizaciones, asfixiadas, se ven obligadas a buscar nuevas rutas, más arriesgadas. En el sur, la intensificación de la vigilancia se traduce en importantes incautaciones y en las costas del nordeste la consecuencia directa es la considerable reducción de alijos. Ejemplo de ello es Castellón, donde la última gran incautación por vía marítima fue hace cuatro años y medio, cuando la Guardia Civil halló 2.000 kilos de hachís en un pesquero de Burriana.