Uno de los principales implicados en la red criminal de estafas y blanqueo de Castellón --la mayor nunca antes detectada en España según la Guardia Civil--, culpa al cabecilla, Víctor V.V., de manejar a su antojo toda la organización y lo acusa, incluso, de llegar a fingir su propio secuestro para obtener beneficio.

H.L.S., vecino del Grao y de 29 años, se encuentra ingresado en prisión provisional desde el pasado mes de noviembre y este lunes declaró en el Juzgado de Instrucción número 5 que lleva la causa, asegurando que pasó de trabajar en un supermercado a estar a las órdenes de Víctor V.V. como administrador de empresas sin tener formación alguna para ello.

En su declaración reconoció haber sido representante de sociedades de la organización, pero puntualizó que las funciones las hacía siempre el capo de la red.

DECLARACIÓN JUDICIAL

«Víctor me dijo que no me preocupara, que me aprendiera lo que tenía que decir y que él no podía aparecer en los papeles por el tema que tenía con un banco», relató H.L.S., haciendo referencia a que había sido condenado por quedarse dinero de la entidad de Castellón en la que había trabajado. El tribunal le impuso entonces dos años de cárcel --una pena suspendida a condición de no delinquir-- y pagó 147.000 euros.

«Me han utilizado como a un tonto, han usado documentos míos sin mi consentimiento porque me fiaba al 100% de él», sostiene quien fuera su mano derecha, acusado también de estafa agravada, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales. H.S.L contó a la jueza que el líder de la red le hacía «chantaje emocional» y que «dijo que tenía cáncer».

«Una vez simuló su propio secuestro. Nos llamó una empresa de seguridad privada diciendo que Víctor no estaba en su habitación y que su coche tampoco y que intentarían localizarlo. Al final, nos dijeron que habían conseguido rescatarlo, pero sé que era una simulación», declaró a preguntas de un abogado.

ALTO NIVEL DE VIDA

Preguntado si pertenecía al grupo de personas que llevaban un alto nivel de vida, dijo que él tenía una nómina de 1.500 euros y que el piso de lujo en el que vivía en València era de un amigo de Víctor V.V., encargándose este del alquiler. Reconoció también que una de las sociedades pagaba «10.000 o 15.000 euros al mes en seguridad» y admitió haber viajado a Georgia, Ecuador y las Islas Seychelles para hacer gestiones de las empresas.

La trama está acusada de usar sociedades fantasma para estafar 20 millones de euros.