El ciudadano rumano acusado por la Fiscalía de asesinar a una anciana de Vila-real durante el asalto a su vivienda en el año 2011 ha quedado en libertad tras la celebración del juicio que tuvo lugar el lunes en la Audiencia Provincial de Castellón.

El tribunal, aunque todavía no ha dictado sentencia, ha aprobado su salida de prisión preventiva, donde llevaba un año y medio, tras las numerosas dudas que planteó la vista oral.

Y es que, a pesar de los graves cargos que existen contra él, la principal testigo del caso dijo no reconocer al procesado, después de haberlo identificado en dos ocasiones anteriores --tanto en las fotos de comisaría como en una rueda de reconocimiento en el juzgado de instrucción--.

Además, los forenses que practicaron la autopsia a la víctima mortal no pudieron establecer una relación directa entre las lesiones provocadas por la brutal paliza que recibió durante el asalto a su piso de la calle La Salud y la causa de su muerte. El examen forense confirmó que la mujer falleció como consecuencia de una diabetes que sufría ya antes del ataque y de una isquemia.

El ciudadano rumano negó en todo momento ser el autor del robo al domicilio de Vila-real e insistió en que en esa fecha no se encontraba en España. La hermana de la fallecida exigió «justicia» a los magistrados y lloró al recordar que dos asaltantes dejaron a su «cuñado en silla de ruedas» y a su hermana «en coma».

SIN HUELLAS NI ADN

En la vivienda asaltada no pudieron hallarse huellas dactilares ni ADN del único procesado. Una de las pruebas más importantes era el testimonio de la vecina que dijo haberlo visto bajar las escaleras de la finca el día de los hechos tras escuchar golpes y ruidos que provenían del piso del matrimonio.

La mujer, sin embargo, reconoció al tribunal el lunes, tras mirar durante varios segundos al acusado, que no estaba segura de que fuera el sospechoso al que vio aquel día en el edificio.

A pesar de las dudas que planteó el juicio, la fiscal decidió no modificar su petición de pena de prisión y confirmó que solicitaba 33 años de cárcel por un robo con violencia e intimidación en casa habitada, un asesinato consumado y otro en grado de tentativa. Este último delito hace referencia a las graves lesiones que también registró el marido de la fallecida, que sufrió una hemorragia cerebral, varias fracturas y ha acabado en una residencia de ancianos, incapacitado.