Controlan las entradas y salidas del territorio nacional a través del aeropuerto de Castellón y el puerto, investigan y persiguen la trata de seres humanos, detienen a los extranjeros con órdenes de búsqueda y captura internacionales y tramitan las expulsiones de los inmigrantes irregulares con condenas.

Estas son solo algunas de las funciones de la Brigada Provincial de Extranjería de la Policía Nacional de Castellón. Una unidad formada por 24 agentes que, en el último año, ha detenido a 167 personas, 14 de ellas relacionadas con la prostitución forzada. Los integrantes de esta brigada se ocupan del control de pasajeros del Aeropuerto de Castellón, en el que han arrestado a ocho pasajeros desde que la instalación abriera sus puertas, siendo dos españoles y otros dos extranjeros (sudamericanos y del norte de África). Así lo ha revelado el inspector jefe, Marcelino Fernández, entrevistado por Mediterráneo.

Precisamente, este pasado miércoles se practicó la última detención, la de un ciudadano español con cinco órdenes de búsqueda y captura y otra de ingreso en prisión por delitos de estafa. A su llegada a la provincia en un vuelo procedente de Rumanía, fue arrestado por los agentes y puesto a disposición del juez para entrar en la cárcel. «Hay veces en las que ya sabemos que una determinada persona ha cogido un avión y la esperamos en el aeropuerto. En otros casos, no tenemos conocimiento y el arresto se produce en el momento por falsedad documental o por tener una orden de detención, entre otras cosas», apunta el máximo responsable de la brigada provincial.

El filtro que pasan los pasajeros del aeropuerto castellonense es bastante rápido, teniendo en cuenta que la mayoría de los viajeros son ciudadanos comunitarios (del espacio de Schengen), pero esos controles se tornan minuciosos cuando los pasajeros vienen de otros lugares del mundo; entonces, hay que cerciorarse de que tienen el visado y pasaporte en regla y vuelos cerrados.

«El principal problema en el aeropuerto lo tenemos con los menores que viajan solos. Muchos no conocen la normativa vigente y, al llegar allí, se ven con que no pueden volar. Hace falta que lleven el pasaporte o, en su defecto, el DNI y una autorización de los dos progenitores, realizada en comisaría o en el cuartel para que todo esté claro», explica Fernández. H