Cerca de 14.000 jóvenes extranjeros se han marchado fuera de la provincia de Castellón desde que comenzó la crisis tras la imposibilidad de lograr un empleo. No en vano, de los casi 20.000 personas de otros países que han abandonado la provincia entre 2008 y 2015, tres de cada cuatro tienen edades comprendidas entre los 25 y los 34 años.

Desde que estalló la burbuja inmobiliaria, los números no paran de bajar. Y es que tan solo durante el pasado año 2015, un total de 5.422 jóvenes españoles y extranjeros abandonaron la provincia. “Los contratos son mínimos y destacan por la temporalidad, por lo que mucha gente se ve empujada a marcharse fuera”, manifiesta a este diario la doctora Mar Valero, técnica del Observatorio Permanente de la Inmigración de la Universitat Jaume I.

De esta manera, la población extranjera ha descendido en la provincia en un 20% en siete años. “Muchos se ven obligados a volver porque no tienen capacidad económica para sustentarse”, manifiesta la propia Valero.

Aunque poco menos de la mitad de jóvenes que han emigrado son extranjeros que vuelven a sus países de origen, Valero explica que otra mayoría viaja fuera de forma temporal, pues son muchos los que “no encuentran nada o son engañados por empresas que les prometen un puesto”; y muy pocos son los que consiguen marcharse con un puesto de empleo ya pactado anteriormente. Aun así, “en dos años este panorama cambiará y el número de jóvenes que se marchan descenderá”. Sin embargo, la cifra seguirá durante este año en aumento. H