Nadie duda de que el alcohol y la droga son dos compañeros de viaje que nunca deben acompañar al conductor en su trayecto y que suponen una amenaza constante al volante. Pero, al igual que en los accidentes de tráfico causados por un motivo diferente, siempre hay tramos que resultan más peligrosos que otros en la carretera por conducir bajo la influencia de sustancias estupefacientes.

Esa variable es a la que da respuesta un informe inédito financiado por la DGT y elaborado por un centro de investigación de la Universidad Miguel Hernández de Elche, en el que pondera en qué zonas hay más probabilidad de sufrir un siniestro si se va ebrio o drogado mientras se conduce. En el caso de Castellón, el estudio detecta ocho tramos conflictivos con un riesgo alto de sufrir un accidente por alcohol y drogas.

Tres de los focos se concentran en la N-340, la carretera más señalada por la investigación por reunir más puntos negros. Uno es en Vinaròs, en la vía de servicio de la N-340 que pasa por delante del concesionario Ford; otro en Benicàssim, en el tramo frente al Colegio Liceo; y un tercero en Vila-real, en la recta que cruza el Camí Assagador, cerca de Urbatek.

La otra vía con más riesgo de siniestralidad es la CV-149, con dos intervalos: en Castelló, partiendo de la rotonda del hospital de campaña (ronda Norte), el tramo que lleva a Benicàssim, especialmente en sentido Castelló; y en Benicàssim, tras pasar la rotonda que enlaza con el Camí la Ratlla, en la recta que conduce a la rotonda del monumento a la paella.

Los otros tres puntos fatídicos que se hallan en la red viaria se sitúan en la CV-16, en Castelló (tras superar la glorieta que deja a un lado el centro penitenciario); en Vila-real, en la CV-185 (justo al superar la N-340 y antes de llegar a la gasolinera BP); y en la CV-222, también en Vila-real (en el intervalo que lleva del Camí de les Voltes al paso superior a la AP-7).

20 con riesgo MEDIO / Más allá de resaltar, entre otros aspectos, la alta siniestralidad que caracteriza a la 340, cuya presencia es habitual en los ránkings anuales de vías que acaparan más percances al volante, el informe encargado por Tráfico también señala otros 20 puntos de la red castellonense con un riesgo más moderado --medio-- de sufrir un accidente por efecto del alcohol y las drogas, como la A-23 a su paso por el Alto Palancia, la N-225 en el término de la Vall o la CV-15 cerca de Vall d’Alba.

Un dato demoledor que demuestra una vez más las letales consecuencias que puede suponer manejar un vehículo bajo la influencia de estas sustancias es que casi la mitad (45,5%) de conductores que perdieron la vida el año pasado en el asfalto en España dio positivo en alcohol o drogas, una vez les practicaron la autopsia.

Los tramos peligrosos que subraya este estudio de la DGT no deja pasar desapercibida a la Comunitat Valenciana, que completa el podio de regiones con puntos más propensos de tener un accidente de tráfico por estos factores, por detrás de Galicia y Canarias.