Once años son los que han transcurrido desde que la Ciudad de la Justicia de Castellón se inaugurara en el 2006. Un tiempo, sin embargo, que parece mucho mayor a juzgar por la gran cantidad de desperfectos que registra. Un buen número de ellos se encuentran en el exterior del edificio, donde los actos vandálicos han hecho desaparecer, por ejemplo, varias letras de la fachada. También las baldosas de la entrada y la zona ajardinada están muy deterioradas; así como la fuente, que está sucia y seca.

Pero el interior de la sede judicial no corre mejor suerte. Los baños presentan desprendimiento de azulejos, que se han intentado sujetar con cinta aislante, según han denunciado trabajadores y usuarios. «Hace muchos días que está el servicio de mujeres de la planta baja en esas condiciones y es peligroso. No creo que la manera de aguantar las baldosas sea pegándoles un trozo de celo. Eso es precioso repararlo», ha explicado una funcionaria en declaraciones a este periódico.

Los daños en los aseos no concluyen aquí. Los protectores de los enchufes han desaparecido y varios urinarios están rotos. También hay servicios para personas con movilidad reducida que están fuera de servicio y hay cableado al descubierto en pasillos.

Aunque no se trata de desperfectos propiamente dichos, los usuarios destacan la presencia de palets en desuso en una de las principales escaleras del edificio y las pilas de documentos y cajas en las mesas de los juzgados.