Microempresas. Ese es el término que define a la mayoría de las sociedades que están radicadas en el territorio castellonense, como recuerda Joaquín Andrés, de la Cámara de Comercio. Y es que más de la mitad de las mercantiles que operan en la provincia no tiene asalariados. De las 39.228 sociedades inscritas en el registro a fecha 1 de enero, 20.069 no tenían ningún trabajador, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Y, entre el resto, son claramente mayoría las que no llegan ni a pequeñas empresas. De hecho, el 95,7% tiene menos de 10 empleados. Es decir, solo 4 de cada 100 mercantiles que están registradas en la provincia tiene una decena de operarios o más.

Esto tiene una explicación. Según el decano del Colegio de Economistas de Castellón, Jaime Querol, por «motivos fiscales», muchos emprendedores se deciden a montar una sociedad limitada en vez de cotizar a la Seguridad Social como autónomos.

Prudencia

Esto es «para preservar el patrimonio». Y es que, si la apuesta empresarial sale mal --una posibilidad ante la que no hay que desistir, según explican siempre los gurús del emprendimento--, si se ha realizado como autónomo «tienes tu patrimonio para responder por las deudas». En cambio, si se ha optado por la figura de la sociedad limitada (para constituir una solo se necesitan 3.000 euros), es la empresa la que responde con sus activos de las deudas generadas. «Es un tema de prudencia», sentencia Querol a este respecto.

Y este es el panorama que más está creciendo en la provincia. Andrés destaca que las fórmulas de gestación de nuevas sociedades se están dirigiendo en la actualidad hacia «empresas sociales o laborales, con socios trabajadores, que destinan el dinero del paro» a la creación de la nueva compañía. En este sentido, resalta que hay «mucha idea y mucho proyecto emprendedor» y esto derivaría en mayor gestación de sociedades de no ser por «la complicación administrativa y por la dificultad de acceder a la financiación», puntualiza.

Pero esto también tiene un contrapunto negativo. Como subraya Querol, la gestación de nuevas empresas (que desde enero ha derivado en 924 nuevas en Castellón, como ya se ha dicho) «no conlleva la creación de mucho empleo», al ser las nuevas microempresas eminentemente.

Pierden las grandes

Es más, desde el 2008, cuando se registró la cifra más alta de sociedades (aquel año comenzó con 43.855 mercantiles en el territorio castellonense y al ejercicio siguiente se habían perdido 1.733), lo que más se ha perdido han sido empresas grandes. Aunque sigue habiendo las mismas 7 de más de mil trabajadores, actualmente hay 15 (5 menos) que tienen entre 500 y 999 empleados; 56 que tienen entre 200 y 499 asalariados (20 firmas menos); y 87 que tienen entre 100 y 199 (62 menos que en el 2008).